LA HABANA, Cuba -Después de que varios medios de comunicación internacionales dieran a conocer la comisión de un hecho fraudulento en torno a la participación del pelotero cubano Alfredo Despaigne en la Liga Mexicana de Béisbol, contratado por el equipo Piratas de Campeche, a las autoridades de la isla no les quedó más remedio que informar, a su manera, acerca de lo sucedido.
Se descubrió que Despaigne presentó un pasaporte falso, con identidad dominicana, para formalizar su inscripción en dicha Liga. La Federación Cubana de Béisbol, mediante una Nota Oficial, declaró que no tiene responsabilidad alguna— ni el atleta tampoco— en semejante incidente, y que por tanto “el jugador cubano continuaría defendiendo la camiseta del equipo Piratas de Campeche como lo ha venido haciendo desde que se integró a la actual temporada”.
Sin embargo, apenas cuatro días después de publicada esa Nota, se informaba que Alfredo Despaigne estaba de regreso en Cuba. En declaraciones al periódico Granma (edición del martes 20 de mayo), el pelotero reafirmó que ni él ni los dirigentes del béisbol cubano tienen relación con el fraude, y que “pasaría un tiempo con mi familia a la espera de que las autoridades de los Piratas y la Liga Mexicana aclaren la situación”. A la opinión pública, empero, le asaltó una duda: si la realidad es como la cuentan Despaigne y la Federación Cubana, ¿por qué el pelotero debió regresar a la isla, máxime cuando se hallaba en una espléndida forma deportiva?
Así las cosas, la prensa oficialista anunciaba para el miércoles 21 la celebración de una Mesa Redonda en la televisión que trataría el tema de la nueva política salarial a deportistas y entrenadores, así como las contrataciones en el exterior de atletas cubanos. Todos aguardamos con expectación porque suponíamos que se iba a brindar más información sobre lo ocurrido con Alfredo Despaigne. Pero nada de eso. En el estudio de televisión estaban los principales dirigentes del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) y de la Federación Cubana de Béisbol, y no se dijo ni una palabra del caso Despaigne.
Al día siguiente, en la continuación de la Mesa Redonda sobre este tema, y presionado por las preguntas de los televidentes sobre el caso Despaigne, el señor Higinio Vélez, máximo dirigente del béisbol cubano, reconoció la existencia del pasaporte falso, pero culpó a la dirigencia de los Piratas de Campeche. Expresó que el equipo decidió usar ese documento debido a que se exigía que Despaigne tuviera una nacionalidad distinta a la cubana para participar en el evento.
Esa afirmación contradice la declaración oficial de los Piratas de Campeche, que había sido publicada por Granma en su edición del viernes 16 de mayo. En ese documento, la directiva del equipo asevera ser totalmente ajena a este hecho, y reafirma que no ha violado ninguna ley mexicana para registrar a sus jugadores de otros países. ¿A quién creemos entonces?…
Esperemos, pues, para ver en qué desemboca el caso Despaigne, ya que las declaraciones del señor Higinio Vélez no parecen ser muy esclarecedoras. Por lo pronto, este incidente se suma al desafortunado historial de los contratos firmados con México por la Federación Cubana de Béisbol: el despido del manager pinareño Jorge Fuentes, que estaba al mando de los Piratas de Campeche, así como la baja y regreso a Cuba del pelotero guantanamero Yordanis Samón a causa del bajo rendimiento deportivo.