LA HABANA, Cuba.- Un pequeño grupo de jóvenes miembros de la sociedad civil y activistas de derechos humanos aúnan esfuerzos y recursos propios para ofrecer un espacio de esparcimiento y recreación a los niños de su comunidad, como parte de un proyecto infantil llamado “Un momento de alegría”.
El proyecto comunitario independiente, creado en octubre de 2014, realizó el pasado sábado 29 de noviembre una actividad recreativa donde más de 30 niños del reparto Santa Amalia, en el municipio Arroyo Naranjo, disfrutaron de un poco de música, bailes y juegos, así como un pequeño buffet, confituras y juguetes.
Conversamos con su coordinador general, el joven opositor Yuniel López O’Farrill, quien explica que “hace aproximadamente un año que creamos este proyecto infantil; el propósito es simple: que los niños se diviertan, que tengan, aunque sea una vez al mes, una pequeña fiesta que los motive y los ayude a paliar la rutina de una infancia sin muchas expectativas”.
Por su parte, Yadira de la Caridad Reina O’Farrill, de 22 años y miembro del equipo de trabajo del proyecto, lamenta “las dificultades y contratiempos que tenemos que atravesar para hacer estas actividades”.
Asegura Reina O’Farrill que “la peor traba que tenemos que romper es la que nos pone el gobierno local. Fuimos a hablar con el delegado de nuestra circunscripción para que nos consiguiera un permiso del municipio para realizar la actividad infantil en la calle, ya que se ha incrementado la cantidad de niños que participan, pero lo único que conseguimos fue un enfrentamiento político sin sentido”.
La joven activista de 22 años afirma que “el delegado de la circunscripción, Julio César Chartrand, considera el proyecto infantil como una provocación política de la contrarrevolución”.
Yosvani Fernández Guzmán, un activista de derechos humanos que colabora con el proyecto infantil y que estuvo presente en la conversación con el delegado, declara que “el delegado calificó el proyecto infantil como un proyecto llevado a cabo por mercenarios al servicio del imperialismo”.
Fernández Guzmán expresó que “el problema del delegado es que el coordinador del proyecto es Yuniel López OFarrill, su contrincante en las pasadas elecciones para delegados de circunscripción del Poder Popular [gobierno local], donde la mayoría de los electores hicieron público su desacuerdo con los resultados de las elecciones, considerando que el gobierno forzó el triunfo de Chartrand”.
Sin embargo, en un intento más por lograr un permiso estatal para realizar la actividad recreativa infantil en la calle y posibilitar una mayor participación de niños, el coordinador del proyecto “Un momento de alegría” se dirigió a la Dirección Municipal de Cultura de Arroyo Naranjo y conversó con Alina Reyes, jefa de programación municipal.
Refiere López O’Farrill que “la jefa de programación de cultura del municipio de Arroyo Naranjo me dijo que ella tenía que consultar con la Dirección Provincial de Cultura porque ella no tenía autoridad para dar ese permiso que nosotros estábamos solicitando, pero parece que ese permiso tiene que venir de otro planeta porque nunca llegó, y nosotros no podíamos seguir esperando para dar la actividad, por lo que decidimos realizarla en la pequeña salita de mi casa, lo que limitó el número de niños que participaron”.
La también miembro del equipo de trabajo de “Un momento de alegría”, la joven de 21 años Nadiasly Quevedo Herrera, ofreció otros detalles sobre el propósito del proyecto. Según comentó, “entre los objetivos están las excursiones de fines de semana a centros culturales y recreativos con la participación de los padres para ofrecer a los niños un espacio de interacción de la familia, que durante la semana laboral tienen muy pocas oportunidades para centrar su atención en el juego con sus hijos”.
“Sin embargo, todavía las dificultades económicas limitan mucho la realización de nuestros objetivos, por lo que tenemos que acudir a la solidaridad de amigos y vecinos para que nos apoyen, y los resultados casi siempre son muy pobres, porque todo el mundo tiene sus propias necesidades”, apunta Quevedo Herrera.
En otro momento de la entrevista con López O’Farrill, el joven activista de derechos humanos señaló que “el gobierno siente mucha rabia por lo que nosotros estamos haciendo con este proyecto. Es increíble, pero es así; porque a pesar de la escasez de recursos y la falta de apoyo económico que tenemos que enfrentar nunca nos damos por vencidos; mientras ellos (el gobierno), viven derrochando recursos y medios en inútiles movilizaciones políticas, ignorando las necesidades más elementales de las comunidades más pobres”.
“Sabemos que la política estatal está centrada en mantenerse en el poder, y cualquier iniciativa ciudadana que no responda a sus intereses es marginada”, aseguró López O’Farrill, antes de concluir: “Pero nosotros sabemos el valor que tiene la sonrisa de un niño, sobre todo la de esos niños que no forman parte del show mediático de la propaganda ideológica; así como estamos seguros de la fuerza y el poder que tiene el amor de los que luchamos por una Cuba mejor para todos. Y aunque a veces el precio del amor se pague con muchas lágrimas, siempre produce más de lo que cuesta”.