LA HABANA, Cuba.- La reparación y remodelación de una carnicería estatal por municipio es la nueva estrategia que empleará el sector estatal para hacerle competencia a los que ejercen esta actividad de forma privada. El proyecto se llevará a cabo en los establecimientos estatales que ofertan, en la actualidad, productos cárnicos de manera liberada.
La empresa Diseño Ciudad Habana (DCH), perteneciente al Poder Popular, será la encargada de proyectar la remodelación constructiva de los inmuebles, para lo cual las autoridades pertinentes le han dado un plazo para la entrega de los nuevos proyectos que durará hasta finales de semana, según informaron fuentes.
Uno de los arquitectos a cargo dijo a CubaNet, bajo condición de anonimato, que la iniciativa consiste en transformar estos locales en establecimientos acogedores y con todas las comodidades posibles para que el cliente se sienta satisfecho cuando acuda allí.
“Algunos se les cambiará la forma constructiva, para ganar espacio, además de las puertas y ventanas, pero lo más importante es que todos los locales serán climatizados (…) Incluso, contarán con neveras exhibidoras para que los clientes escojan el producto a la vista”, comenta el arquitecto.
Un ingeniero civil que también trabaja en la remodelación asegura que, en un principio, será un establecimiento en cada municipio de la capital, pero los planes son que en el futuro lleguen a cinco por localidad.
“Los cerditos”, como comúnmente se conocen estos establecimientos, venden carne de puerco, embutidos, picadillo, entre otros; pero no cuentan con la frecuencia de abastecimiento de los productos, y los precios son demasiado altos, según confesaron clientes.
La nueva estrategia trazada por el Estado para competir con los particulares aún es desconocida por los administradores de dichos locales, según afirmó otro de los arquitectos, quién aseguró que las carnicerías deberán estar listas para brindar servicios a la población a finales del próximo año.
“Los nuevos diseños estarán listos para finales de semana, pero una vez entregados los proyectos, corren el riesgo de que regresen a la empresa para ser discutidos porque no se ajustan al presupuesto destinado, esto trae como consecuencia que se extienda y demore un poco más el tiempo de culminación”, explica.
Daniuska Ramírez, una clienta consultada por este diario, al comunicársele la idea refirió que le parecía muy bien la remodelación, pero señaló que la problemática central de estos establecimientos era el suministro y los precios.
“Si piensan mantenerlos abastecidos de productos en buen estado y no echados a perder, como en la actualidad, sería muy bueno, además de bajarle un poco los precios; eso sí sería una maravilla”, añade.
Damaris Ávila, otra cliente, por su parte advierte que para hacerles la competencia a los particulares, reparar uno de estos establecimientos por municipio no sería suficiente, atendiendo a la cantidad de carnicerías privadas que existe en cada localidad.
“Hay municipios muy grandes, por lo tanto hay personas que sólo para evitarse el viaje hasta la nueva carnicería comprará en la que le quede más cerca y no creo que le importe que sea particular, porque la diferencia del precio entre estatales y particulares es mínima”, explica.
Héctor Navarrete, un jubilado de 65 años de edad, afirma que con los 250 pesos que recibe de pensión, puede asistir rara vez a este tipo de establecimientos por lo elevados que son los precios.
“Realmente a los viejos nos importa muy poco las condiciones del lugar; lo que necesitamos los retirados son precios bajos para poder comer y vivir los pocos años de vida que nos quedan”, dijo Héctor.
Andrés Gutiérrez, residente de la zona Vedado en el municipio Plaza, indica que más que repararlos, lo que deberían tener es más variedad de productos cárnicos y con una mejor calidad.
“Aquí sólo encuentras carne de cerdo ahumada. Deberían pensar en vender pollo, carnero u otro tipo de carne. ¿Por qué siempre tiene que ser la carne de cerdo, que es tan dañina?”.