VILLA CLARA, Cuba – Centenares de personas necesitadas de baterías para sus bicicletas eléctricas se aglutinaron en días pasados en derredor del “Servi Cupet” ubicado en la calle San Miguel y Carretera Central, en la ciudad de Santa Clara, con el objetivo de adquirirlas, pues han estado faltando en la red de comercio desde comienzos del pasado año.
Arley Machado adquirió su ciclomotor hace alrededor de seis meses y cuenta que le gustaría poder comprar el repuesto para sus baterías, pero difícilmente será posible porque ya se están agotando y le quedan unas cien personas por delante en la cola.
Para Arley lo que ocurre con el déficit en los repuestos de la bicicleta eléctrica podría tomarse como una estafa por parte del gobierno, el único vendedor del producto, por el corto tiempo de garantía que dan para un artículo excesivamente caro que cuesta casi mil dólares (el salario promedio de un cubano es de menos de 25 dólares mensuales)
“Aquí hay personas de todos los municipios de Villa Clara además de los que vinieron desde Matanzas, Sancti Spíritus y Ciego de Ávila, los primeros en comprar como siempre son los especuladores que luego las venden en quinientos CUC (moneda equivalente al dólar) el módulo (de baterías)”, comentó el joven.
“La ‘motorina’ lleva parada en la casa más de 10 meses; las baterías que trajo cuando la compré duraron alrededor de un año, casi lo mismo que la garantía del equipo”, expresó el campesino Antonio Fuentes que regaló el ciclomotor a sus hijos como premio al trabajo que realizan en la finca familiar. Pero no han podido disfrutar de la compra porque, independientemente de lo caro que cuestan los acumuladores, no los hay. “Yo creo que esta es la primera vez que venden (baterías), y para poder adquirirlas tuve que comprar el turno a un ‘colero’ en 50 pesos (unos dos dólares)”.
Según la fuente, el módulo compuesto por cuatro baterías tiene un valor monetario de 235 CUC y un tiempo de garantía de tres meses.
Juan Fernández, trabajador estatal, comentó que hace dos años le fue asignada una bicicleta eléctrica por su trabajo, que el primer año de explotación del equipo le fue excelente, pero después de agotar las baterías originales no ha vuelto a montar su ciclomotor simplemente porque su entidad no tiene asignación de piezas de repuesto.
Debido a la polémica generada en la población por el déficit de baterías de repuesto para los ciclomotores vendidos en las Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD, administradas por el Estado), la prensa gubernamental del centro de Cuba entrevistó e hizo públicas las declaraciones de Sandra Lee Perera, Directora de “Ciclos Minerva”, única entidad encargada del ensamble de estos equipos procedentes de China.
“En la zona del Mariel están situadas cerca del 70% de las piezas facturadas para el año 2015”, señaló la funcionaria. Además dijo que todos estos repuestos –diez contenedores, según especificó– serán destinados para su comercialización en las TRD, que dentro del paquete tecnológico vienen unas 550 baterías además de otros agregados y que “estamos conscientes que la oferta es muy inferior a la demanda”.
Puntualizó la directora de “Ciclos Minerva” que las piezas llegadas son para distribuir por todo el país, y que en el caso del sector estatal, no tienen un respaldo en el plan de la economía que les garantice la pieza de repuesto. “Tengan presente que las piezas de repuesto no van a satisfacer la demanda”, agregó la funcionaria.
Este reportero logró contactar con un gestor de ventas de “Ciclos Minerva”, quien no se identificó pero sí señaló que desde el comienzo del programa de ensamble a la fecha para el sector estatal se han acoplado y distribuido en el país más de 30 mil bicicletas eléctricas, mientras el privado debe superar las 10 mil.
Agregó el empleado que la entidad comercializa tres modelos de ciclos: el tradicional de 36 voltios, el de 48 voltios y uno especial de 48 voltios también. La dirección de “Minerva” está consciente “del caos que se avecina” por el déficit de los repuestos. El problema ya “se ha planteado en otras instancias”.
“La única pieza disponible con seguridad es para cubrir el periodo de garantía (un año), pero en estos momentos no se están ensamblando bicicletas eléctricas”, señaló el funcionario, agregando que hasta la fecha no se ha realizado un plan de piezas de repuesto que guarde relación al número de equipos ensamblado y mucho menos un estudio del valor monetario que deben comercializarse los repuestos.
A su vez Alejandro Espinosa, residente en Brisas del Oeste Santa Clara, comentó que adquirió una bicicleta eléctrica “de fabricación criolla” que le resuelve el problema de la transportación, pero las baterías están presentando problemas y lo que cuesta reponerlas alcanza casi para comprar dos ciclos más. “En este pueblo son muchos los equipos de dos y tres ruedas inventados que caminan con corriente”, dice Alejandro.
Según el especialista comercial de la Empresa “Ciclos Minerva”, el número de bicicletas varadas por falta de baterías en la isla es incalculable, pues no existe control sobre estas pero se estima que un 70% pertenecen al sector estatal.