GUANTÁNAMO, Cuba.- Cuando ejercí como abogado conocí a personas que fueron sancionadas a prisión sólo por ir tres o cuatro veces a un restaurante con una amante o por poseer muchos bienes carentes de títulos de propiedad. El método se prestó y se presta —porque el delito de Enriquecimiento Ilícito está vigente— para muchas injusticias.
Pero ahora, aunque Fidel Castro continúa gobernando tras bambalinas, se aprecia un reblandecimiento frente a la corrupción. No es que esté clamando por nuevas “operaciones” de la policía, tan pródigas en injusticias, pero la magnitud que está tomando el fenómeno es alarmante.
Las tiendas recaudadoras de divisas (TRD), las cafeterías y restaurantes que ofrecen sus servicios en pesos convertibles (CUC), reflejan algo interesante. Creadas en la década de los noventa del pasado siglo especialmente para extranjeros, cubanos de afuera y quienes reciben remesas, ahora afluyen a ellas más cubanos y no precisamente para comprar productos de primera necesidad. Y conste, el CUC (peso convertible), se mantiene a 25 pesos corrientes (CUP) desde hace más de diez años y los salarios no justifican tal afluencia de público. Entonces, ¿han aumentado significativamente las remesas o la corrupción?
No poseo datos oficiales sobre eso pues a los periodistas independientes no nos los facilitan. Mi cuenta nauta está controlada por la Seguridad del Estado, por eso no puedo acceder a muchos sitios en busca de información. Pero el periódico Venceremos, órgano oficial del comité provincial del Partido Comunista de Cuba (PCC) en Guantánamo ha publicado que desde hace un lustro los desfalcos, sólo en el sector del comercio, sobrepasan los 20 millones de pesos. Los protagonistas de esas “pillerías” son, mayoritariamente, “aguerridos militantes del PCC”. Hace algo más de un año el primer secretario del PCC en Guantánamo fue sustituido de su cargo luego de un suceso del que nada ha informado la prensa “objetiva y revolucionaria”. Tampoco han informado cuántos militantes del partido cometen malversaciones u otros delitos. Así es muy fácil hablar de la “ejemplaridad de la militancia”.
Al bar restaurante 1870 y también al centro gastronómico Las Ruinas, dos de los principales de la ciudad, asisten varios administradores estatales que gastan significativas sumas de dinero en bebidas y dejan pingües propinas.
Pero ahora la policía está más preocupada por golpear a las Damas de Blanco y perseguir a los opositores pacíficos. Los administradores y dirigentes conocen bien esto y no pierden oportunidad para reafirmar públicamente su compromiso con el castrismo mientras continúan robándole en privado.
Cuando las tiendas que venden en CUP reciben mercancía que también venden las TRD, quienes trabajan en estas compran todo para revenderlo aprovechándose de que los productos vendidos en CUP tienen un precio inferior. Así ocurre con los refrescos de cola Ciego Montero. En las tiendas que venden en CUP este producto vale 25 pesos, en las TRD 1,50 CUC, es decir 35 CUP.
Recientemente, en el municipio El Salvador una tienda comenzó a vender ron Santiago añejo blanco y oro, el primero a 50 CUP y el segundo a 65 CUP. Cuando los pillos se enteraron fueron y lo compraron todo porque el añejo blanco vale 3 ó 4 CUC y el oro 7,50 en las TRD.
Otra triquiñuela que ha vuelto a ponerse de moda aquí es la venta de turnos en las colas de las agencias de reservación de pasajes de Cubana de Aviación y Ómnibus Nacionales. Usted puede llegar a esos lugares a las 3:00 a.m. y ocupar el decimoprimer lugar , como le ocurrió el pasado 11 de octubre en Cubana de Aviación a este reportero. El precio de un puesto oscila entre 100 y 150 CUP y los coleros ocupan varios puestos Si el gobierno permitiera a los cubanos el acceso libre a Internet no tendríamos que madrugar ni aguadar más de seis horas para hacer cosas tan sencillas como reservar un pasaje.
Los pillos guantanameros han llegado al extremo de ir hasta las zonas dañadas por el huracán Matthew para comprar productos rebajados de precio y revenderlos en Guantánamo. La policía política, que impide a los periodistas independientes ir a esos lugares para informar a la opinión pública lo que callan los medios oficialistas, y a los opositores pacíficos para que no entreguen ayuda a los damnificados, no tiene ojos para esto.
Quizás una de las frases más agudas de Fidel Castro sea la que pronunció el 17 de noviembre del 2005 en el Aula Magna de la Universidad de La Habana cuando aseguró que “esta revolución no la pueden destruir ellos, pero sí nuestros defectos y desigualdades”. Habría que precisar que “ellos” —léase los EE.UU.—, no destruyeron a su dictadura porque no quisieron hacerlo. Eso lo sabe muy bien Fidel Castro.
Cada día aumenta la posibilidad de realización del vaticinio gracias a la galopante corrupción moral y material, entronizada hoy en todos los estratos sociales e instituciones del país. Tan seguro como de que Dios existe, creo que la dictadura sufre ya sus estertores. Una prueba evidente es la impunidad con que actúan los corruptos.