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LA HABANA, Cuba.- En el Consejo Popular de Tallapiedra se encuentran cinco barriadas marginales de tres municipios de la capital. Justo allí, en la popular esquina de Cuatro Caminos, emergió desde las ruinas del antiguo cine Esmeralda el proyecto sociocultural comunitario “Señor Arcoíris”. Sus creadores tienen un solo propósito: formar valores en niños y jóvenes por medio del arte.
Pero la aceptación social del proyecto tiene un enemigo, el gobierno de la localidad. Los dirigentes del Consejo Tallapiedra han prometido desalojar a los gestores del antiguo cine, reconstruido con los esfuerzos de la comunidad.
En el 2014 los dirigentes del Consejo otorgaron las ruinas del cine para el proyecto comunitario, a solicitud de su directora Teresa Elías Álvarez, artista profesional de la empresa Adolfo Guzmán.
Las barriadas de Atarés, El Pilar, Los Sitios y Jesús María de los municipios Cerro, Centro Habana y Habana Vieja comenzaron a beneficiarse de las actividades y capacitaciones impartidas en el proyecto. Niños y jóvenes de familias disfuncionales vieron la oportunidad que no tuvo Yasel Pedroso Castillo, fundador y subdirector de “Señor Arcoíris”.
“Si esto yo lo hubiera tenido en mi tiempo no habría cumplido nueve años de mi juventud preso. Mi mamá me hacía en la escuela y yo estaba fugado (…) Me hacía que estaba jugando pelota y andaba con un grupo arrebatando carteras a los turistas. Eso es lo que no quiero para los niños de mi barrio (…) Eso que veo de cómo les dan golpes a los ancianos en los parques o tirándole piedras a las guaguas, y terminan en bandas”, dijo Pedroso a CubaNet.
Causas del desalojo
“Yo les entregué el local, y yo se los quito”. Esta fue la sentencia de Maykel Borrás Hechevarría, presidente del Consejo, quien determinó que “en 24 horas” debían desalojar la edificación.
Desde que el final del proyecto comenzó a golpear la puerta, los organizadores salieron a buscar apoyo de la comunidad. Recibieron las firmas de más de quinientos vecinos y fueron apoyados por la Dirección Provincial de Cultura, y algún que otro dirigente que no se atreve a pronunciarse públicamente.
¿Por qué el anonimato de esa presunta protesta de algunas autoridades? La respuesta se encuentra en el valor que comenzó a cobrar el territorio cuando a partir del 2015 se inició la reconstrucción del Centro Comercial Mercado Cuatro Caminos, llamado a ser el más grande del país.
Yasel Pedroso asegura que desde entonces la entrega (o venta) de locales, en los alrededores del futuro mercado, es evidente.
“En el departamento de Planificación Física me dijeron que hay investigaciones por la venta de locales; dicen que se les entrega a casos sociales, pero al final están viviéndolos familias llegadas de otras provincias (…) Cómo puede un caso social transformar un local con una puerta de 300 dólares y pisos caros”.
Uno de los locales donde radicó “Señor Arcoíris” fue transformado en gimnasio particular, una vez desalojado el proyecto comunitario. La historia se repite en los alrededores del mercado donde las cotizaciones de los espacios comienzan a dejar ganancias en los bolsillos de los dirigentes.
“Nuestro proyecto ha cambiado la visión de Tallapiedra”, dijo a CubaNet su directora. “Este es un consejo desfavorecido del municipio Habana Vieja porque todo lo que viene se va para el Consejo Catedral”, ubicado en el casco histórico, área turística.
Al cierre de este reportaje una funcionaria Control y Fiscalización del Consejo de Administración Municipal, advirtió a Teresa y Yasel que se había acabado el plazo concedido antes del desalojo.
“La inspectora nos dijo que cuando este local nos fue otorgado, no se estableció por cuánto tiempo”, comentó Teresa.
Todo parece indicar que este es el fin del proyecto sociocultural y los niños y jóvenes de Tallapiedra dejarán de tener esta opción. Si en el 2019 la empresa CIMEX logra inaugurar el mercado, las cinco barriadas que desembocan en Cuatro Caminos ofrecerán a los jóvenes todas las ilegalidades que conforman el mercado negro, la principal fuente de ingreso de estos barrios marginales.