LA HABANA, Cuba.- Uno de los sucesos que más han removido el día a día de los cubanos en este año que ya casi culmina es la instalación de puntos Wifi por algunas zonas de la Isla. Recientemente, la estatal Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) declaró que unos 150 000 cubanos se conectan a diario a internet, una cifra que duplica a la del año anterior. Se abrieron 58 áreas públicas de wifi y todavía se espera que en 2016 sean activadas unas 80 nuevas.
Aun con precios muy alejados de los salarios, y en condiciones poco favorables por la baja velocidad de navegación y la mala ubicación de las antenas –que en muchos de los casos exponen al usuario a las inclemencias del tiempo, a asaltos por delincuentes que se ven atraídos por los móviles o laptops y a peligros físicos por encontrarse en avenidas muy transitadas–, hoy millones de cubanos incursionan por primera vez en internet; una puerta al mundo que, en contra de lo que el gobierno desea, se ha abierto para que los isleños puedan disfrutar de la libertad de la web 2.0 con sus beneficios y contradicciones.
Gracias a la Wifi
La posibilidad de hacer video llamadas es uno de los beneficios del internet que en Cuba hoy más se agradece. Familias separadas por la emigración han visto cómo se acorta la distancia cuando por IMO o FaceTime logran ver una vez más a la abuelita o al niño que las circunstancias obligaron a dejar atrás.
Otro de los beneficios claves está en la información. Hoy “la verdad” no está en manos de los medios oficialistas. Con internet, el cubano tiene la posibilidad de leer y comparar lo que todos los medios de prensa del mundo dicen u ocultan, y de esa manera se convierten en personas libres de decisión capaces de tener una opinión contraria y con base.
La impunidad de muchas autoridades que hasta la fecha hacían su voluntad sin ningún contratiempo también se ha visto limitada. Hoy cualquiera puede subir a las redes sociales fotos y videos de esos agentes que, sin estar amparados por la ley golpean, y abusan en nombre de turbios ideales.
Por culpa de Internet
El desconocimiento en temas tecnológicos y de seguridad digital de una gran parte de la población cubana se está convirtiendo es su principal enemigo. Virus que infectan y dañan las computadoras, tabletas y teléfonos que con tanto trabajo han logrado conseguir, el robo de identidad, la estafa y hasta el uso de fotos y videos personales para dañar la imagen de otras personas, son de los principales problemas que hoy enfrentan esos que pueden pagar internet.
Desde que en la isla las personas comenzaron a conectar sus dispositivos personales a la red, un grupo de malware está atacando sin piedad. “La gente viene a conectarse y no tiene antivirus en las computadoras y por supuesto tienen que dañarse”, comenta para Cubanet Jorgito el informático. Así se hace llamar este mecánico de computadoras que, mochila al hombro, ofrece sus servicios a los usuarios en los puntos Wifi.
“Hay virus que son sencillos de quitar pero hay otros que se esconden y hasta que no te inutilizan el dispositivo no paran”, asegura este emprendedor, que vio en este nuevo servicio una oportunidad de ganar dinero de manera honesta.
Iniciar sesión en Wifi ETECSA –nombre que lleva el servicio de internet– es todo un reto, por lo que muchos no lo logran sin la ayuda de ese desconocido que está a tu lado. Esto ha provocado que muchas personas se conviertan en víctimas de su desconocimiento al ceder sus nombres de usuarios y contraseñas a personas que jamás van a volver a ver.
Es normal que una cuenta de correo electrónico reciba diariamente cierta cantidad de correos basura o SPAM, pues por más que queramos es imposible estar exentos de este tipo de prácticas en Internet, pero el verdadero problema ocurre cuando dichos mensajes llegan a ser confundidos con reales. Recientemente una de las estafas más reconocidas a nivel mundial, El Fraude Nigeriano 419, está intentando dejar sus víctimas en la isla.
Sin problemas al evadir el filtro antispam de NAUTA, ya muchos cubanos han recibido un correo electrónico en donde un supuesto funcionario de un banco en Nigeria quiere hacer negocios. Se le ofrecen a la víctima unos millones de dólares por dar su nombre para una transacción en donde hay una cuenta de muchísimo dinero que no tiene dueño o que éste ya murió hace años y que nadie ha reclamado la fortuna. Se ofrece pues a la víctima un jugoso porcentaje por simplemente poner sus datos para hacer legal este negocio fraudulento. Cabe decir que la regla general para saber si un negocio tiene visos de fraudulento es ofrecerle a alguien algo valioso, que puede obtenerlo rápidamente y con una enorme ganancia.