LA HABANA.- Un grupo de jóvenes universitarios extranjeros llegaron a Cuba por un semestre para empaparse de la cultura, historia y sociedad de esta nación. En su mayoría norteamericanos de diferentes estados y prestigiosas universidades, formaron parte del Consortium for Advanced Studies Abroad (CASA), el cual los vincula a Casa de las Américas y la Universidad de La Habana, y les deja acercarse en primera persona a la vida real de los cubanos.
Según refiere el portal para Cuba de CASA, este programa de estudios les permite “alcanzar una visión crítica sobre los temas fundamentales a los que se enfrenta la Cuba actual e interactuar con los principales expertos en ciencias sociales, artes y humanidades del país”.
El programa tiene como intención “que los estudiantes regresen a Estados Unidos con un sentido de la investigación fortalecido, una comprensión crítica sobre la compleja situación de la Cuba actual mejor calibrada, y la riqueza del nuevo conocimiento adquirido a través de las experiencias vividas durante su estancia en el país”.
Al parecer el objetivo del consorcio funciona, pues los estudiantes estadounidenses y sus compañeros de otras latitudes se llevan una imagen propia de cómo es vivir en este archipiélago, ya sea desde la política, la cultura o la cercanía de la gente.
Fernando Medina, quien estudia Ciencias Políticas en Brown University (Rhode Island), percibió la escasez que ronda al sistema educativo cubano, el cual consideró “muy diferente, ya que los profesores no tienen los mismos recursos tecnológicos que los estadounidenses para hacer las clases. Es más como una conferencia en la que el profesor solo habla, y en Brown, aunque aún existe el predominio del discurso del profesor, hay mucho intercambio entre los estudiantes y el profesor”.
Esta breve exposición sobre algo tan básico como la enseñanza es solo la punta del iceberg de las verdaderas y profundas miradas que obtuvieron. Podría llegar a pensarse que los medios internacionales construyen una imagen sobre Cuba, positiva o negativa, en sus parrillas; pero según estos jóvenes, no sucede así.
Procedente de Irlanda y estudiante del Trinity College (Dublín), Caroline Lavelle enfoca su carrera hacia los Estudios Europeos. En el lugar donde vive “no se dice mucho sobre Cuba y no hay una imagen muy fuerte; la impresión que se tiene es la de un país revolucionario y con socialismo. También está la imagen del turismo, la playa, el mojito, la música. Creo que eso es verdad, pero también creo que es más complejo que lo que se muestra en la imagen internacional”.
A pesar de cursar todo un semestre conferenciando con expertos dentro de CASA y escuchando las clases de los profesores de la Universidad de La Habana, su interacción con el pueblo cubano, con otros jóvenes como ellos y con la misma vida que se respira en la capital cubana, les dejó una impresión insuperable y, sobre todo, auténtica.
A Kathleen Johnson, dedicada a los Estudios Hispanos y Africanos en Bowdoin College (Maine), le chocó ver cómo los medios de difusión estatales prestan más atención a las problemáticas externas, que a los propios problemas de su gente. “En los periódicos y en la televisión hay un enfoque muy internacional. Recuerdo que había pensado que aquí las noticias o la información que el Gobierno da a la gente estarían más enfocadas en Cuba, como algo aislado, en vez de abierta al mundo”.
De acuerdo con Alexander MacNab, estudiante de Antropología en Columbia University (New York), “es muy fácil para una persona norteamericana ver a este país como una especie de utopía, porque casi todo es gratis, pero durante mi estancia he hablado más con los cubanos y personalmente he visto cosas en la sociedad que chocan un poco con esa idea de utopía”.
Para algunos de ellos, venir a Cuba no llegó sin una preocupación familiar. Kate Williams estudia Educación Especial en Vanderbilt University (Tennessee), y ve a este país como algo increíble, pero personas cercanas a ella tuvieron problemas con su estancia estudiantil aquí “porque se da una imagen de que al estar en Cuba estoy apoyando a un gobierno en el que otros no creen”.
Como buen antropólogo, la observación de Alexander MacNab va más allá de lo aparente. En su estancia por el archipiélago notó un culto excesivo hacia Fidel Castro, algo que puede ser muy peligroso. “El semestre pasado yo estuve en China y la población allá tiene una relación muy cercana a Mao y eso ha causado fracasos en esa sociedad. Entonces yo creo que en términos de política la gente debe tratar de mitigar esa relación que tiene con la figura de Fidel; porque él era un hombre, no un dios, y la gente debe recordar eso”, concluyó.
Algo en lo que todos coincidían fue la amabilidad de las personas, la riqueza de la cultura y el sentido de amistad y atención hacia los otros que existe en Cuba y no predomina en muchas ciudades de los Estados Unidos.
Una reflexión muy interesante hacía Alexander durante nuestra plática, la cual miraba las mismas problemáticas en ambos países, pero con diferentes maneras de manifestarse.
“En los Estados Unidos, los estudiantes que se gradúan tienen problemas para encontrar trabajo porque hay escasez de trabajo profesional; pero aquí el problema no es la falta de trabajo, sino que el trabajo profesional tiene un ingreso muy bajo”, expresó.
Por otro lado, “si menciono el problema de la vivienda, en los Estados Unidos la primera cosa que viene a la mente de las personas es gente sin techo durmiendo en las calles, pero si digo eso mismo en Cuba, se piensa en personas que están viviendo debajo de un techo, pero que no es suyo”, afirma. Este joven termina simplemente diciendo que “hay diferencias en la manera de pensar porque en los dos países se manifiestan de diferentes matices”.
El Consortium for Advanced Studies Abroad (CASA) no solo les deja acercarse a la realidad cubana como bien se ha visto, sino que también les permite a estos jóvenes universitarios realizar investigaciones y perfeccionar su uso del idioma español.
Buena parte de los centros de estudio a los que pertenecen forman parte de la conocida y prestigiosa Ivy League, pero el listado abarca las universidades de Cornell, Brown, Columbia, Johns Hopkins, Vanderbilt, Harvard, Northwestern, Melbourne, entre otras hasta llegar a doce colegios.