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LA HABANA, Cuba.- Una lluvia constante de orina y heces fecales desde el piso superior, el peligro de derrumbe del edificio donde vive y la falta de atención médica, rehabilitación y demás condiciones acorde a su padecimiento, son algunas pinceladas en la vida de una menor de edad afectada severamente por una negligencia médica.
Nació el 20 de noviembre del año 2000 en el Hospital Clínico Quirúrgico Abel Santamaría, de la occidental provincia Pinar del Río, luego de un sufrimiento fetal que duró más de 36 horas.
Mileidys Acosta Calzadilla y Lázaro Ernesto Márquez, mamá y padrastro de la niña, respectivamente, cuentan a CubaNet su historia, en nuestra segunda visita a esta familia desde que en esta misma página se denunciara su caso el pasado noviembre.
“Rompí la fuente el día antes de parir, a las 4 de la tarde; fui para el policlínico y de este me remitieron en una ambulancia para maternidad”, comenta Acosta.
Al llegar, recuerda, “no me hicieron nada; al otro día la doctora se dio cuenta que había roto la fuente y a las 9 de la mañana empezaron a inducirme el parto, di a luz a las 11:30 de la noche”.
La demora trajo complicaciones a la niña, que nació cianótica con el cordón umbilical enredado a su cuello e hizo meconio.
“Tuvieron que usar los fórceps porque se dieron cuenta que no podía parirla y no había tiempo para hacerme una cesárea”, señala, luego la tuvieron que trasladar de urgencia a terapia.
Cuando la niña tenía ocho meses, “mi mamá se dio cuenta que no hacía las cosas normales de un niño de esa edad. Se viraba, pero no se sentaba ni gateaba”.
Acosta supuso que sería normal que unos niños se adelantaran o atrasaran “en algo”, pero decidió ir a la doctora que la atendía y preguntarle al respecto. Sin embargo, esta no supo ofrecerle una respuesta y debió remitirla al fisiatra.
“Fue quien me dijo la enfermedad de la niña”, puntualizó. “Cuando me dieron el alta hospitalaria, después del parto, increíblemente nunca me dijeron que tenía alguna enfermedad”.
Hace cinco años necesitaron operar a Hany Leydis, dado que tenía las piernas en forma de tijeras. De la operación salió bien, pero en la casa se le infestaron las heridas producto de “toda esas pudriciones que caen del techo”.
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En consecuencia, tuvieron que volver a ingresarle. Esta vez estuvo 12 días hospitalizada, hasta que la infección desapareció.
“A mí me salió una hernia umbilical por bajarla y subirla en el sillón de ruedas, y no querían operarme en el hospital Hermanos Amejeiras. Felizmente pude ser operado, pero no puedo hacer ese peso nuevamente sin correr el riesgo de que se me reproduzca la hernia”, expuso Márquez.
La madre de la adolescente también está operada de un quiste en un ovario, y tampoco puede hacer fuerza.
“Hace cinco años no recibe fisioterapia, es imperativo conseguir una casa en planta baja porque además tenemos peligro inminente de derrumbe”, continuó explicando Márquez. “Hace 7 años el Gobierno nos está peloteando con la casa y no han querido darla”.
Según informa, en 2013 “apareció” una casa en las calles 41 y 42 del municipio Playa, “que entre (el Departamento de) Vivienda y el Gobierno vendieron”. Luego de varias quejas se aparecieron con otra en “El Hueco”, en Marianao, con condiciones iguales o peores que la vivienda que habitan, por lo que no aceptaron.
“Hemos ido a todos los niveles de Vivienda, Gobierno, Seguridad Social, Albergue, Consejo de Estado, Asociación Cubana de Limitados Físico-Motores (ACLIFIM), a todos… y nada”, acotó.