LA HABANA, Cuba – El periódico “Abuelita” –así se traduce Granma del inglés–, celebró en días pasados el 50 aniversario de su turbulenta y agitada existencia.
Difícil de adquirir en las calles pese a sus escasas páginas, su dueño principal, el dictador ausente Fidel Castro, no deja de atenderlo diariamente, aunque sentado en su silla de rueditas bien sujetadas al piso para no caerse y disfrutando de su lujosa comarca, conocida como Punto Cero, que no aparece en el mapa de La Habana.
También por estos días el director de la publicación, Pelayo Terry Cuervo, aprovechó la oportunidad para expresar rotundamente en las pantallas de la TV que Granma jamás había dicho una mentira.
No se equivocó el señor Terry Cuervo. Granma nunca ha dicho una mentira: ha dicho miles, y además, no lo dice todo.
Vayamos a una vieja e inolvidable historia:
En días pasados, el mencionado periódico publicó una información sobre Augusto Pinochet, luego de conocerse, a través de documentos desclasificados, que el dictador chileno ordenó la muerte del ex canciller socialista Orlando Letelier, ocurrida en 1976.
Busqué entonces en mi viejo archivo lo que Granma había publicado en relación con las dictaduras latinoamericanas de esos años y veo, para mi sorpresa, que en ningún momento se menciona la dictadura de Jorge Rafael Videla, en la Argentina. Ni siquiera hace mención de sus miles de crímenes y desaparecidos.
Sigo buscando y cuál no sería mi sorpresa, al dar con un interesante artículo de la destacada periodista argentina Claudia Peiró, publicado en su blog el 25 de marzo de 2011, donde incluye una entrevista que hizo a Martín Guevara, sobrino del Guerrillero Heroico, quien explica, testigo de todo, cómo Fidel Castro mantuvo un gran acercamiento con Jorge Videla y su régimen de facto, instaurado el 24 de marzo de 1976.
Puede conocerse, a través de este extenso y bien argumentado trabajo de Peiró, cómo Fidel Castro no sólo calló los crímenes de Videla, sino que “le aportó respaldo diplomático en los foros internacionales, lo que evitó que la Argentina fuese condenada por la violación masiva de los Derechos Humanos”.
En aquella ocasión, Videla, agradecido, ordenó a sus representantes en la ONU votar en contra de cualquier condena a La Habana.
De esa forma, aclara la periodista argentina: “Todo el Movimiento de Países No Alineados fue cómplice de la dictadura argentina”, gracias a Fidel Castro.
En declaraciones de Gabriel Salvia –señala la colega Peiró–, presidente del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) en 2011, se sostiene que “se le debería exigir explicaciones a Fidel Castro, pues si la dictadura de Pinochet fue condenada en Ginebra, la de Argentina se salvó de una condena internacional, gracias a la intervención cubana”.
En el artículo, el sobrino del Che Guevara lo explica todo y recuerda cómo estando refugiado en Cuba, nada decía Fidel y tampoco su prensa, sobre los miles de crímenes ordenados por Videla. “Mucho menos publicó lo relacionado con el envío de cereales argentinos que llegaba a la URSS, con el fin de romper con el embargo que Estados Unidos impuso a Moscú, tras la invasión soviética a Afganistán”, expresa.
Granma ha ocultado muchas cosas, relacionadas con acontecimientos trascendentales. Preguntar por qué ocultó este hecho no es importante para su director actual, quien jamás respondería. Él, como los anteriores directores, eran y son simples empleados. Que responda mejor su propietario.
Y también, por qué no, las señoras de la organización Madres de la Plaza de Mayo, que deben conocer esta historia.