LA HABANA.- En La Habana del Este está enclavado uno de los gimnasios más populares la capital cubana, “el gym de la Villa Panamericana”, como habitualmente se le conoce. Desde diferentes municipios de la ciudad personas de todas las edades se unen todos los días aquí para practicar crossfit, uno de los deportes que más furor cobra en la Isla precisamente por su peculiar programa de entrenamiento físico que combina tres modalidades para obtener el máximo rendimiento posible: gimnasia, ejercicios cardiovasculares y levantamiento de pesas.
Sin embargo, el pasado 30 de abril, los miembros de este local se encontraron con la noticia repentina de que el gimnasio había sido cerrado sin previo aviso. Uno de los jóvenes, Adrián Cazan, publicó la información por las redes sociales.
“No nos explicamos cómo alguien quiere acabar con este proyecto social que tanto bien nos hace a muchos. ¿O es que prefieren ver a los jóvenes vagando en las calles, o no les gusta ver a personas mayores como combaten sus achaques y tienen una vida más saludable? Se les olvidó que ‘el deporte es derecho del pueblo’. No nos quedemos con los brazos cruzados”, comentó en su cuenta de Instagram.
El proyecto también había motivado a una gran cantidad de blogueros que comienzan recientemente a crear perfiles en YouTube e Instagram para promover la práctica de este deporte en la Isla.
“Para muchos fue un golpe doloroso. Pero no por ello vamos a quedarnos con los brazos cruzados. El Panamericano Gym Club, más que un local, es una familia, y más que un techo es unión, más que un tabloncillo es fuerza de voluntad”, expresó en su perfil de Facebook Brian Nicolau, uno de los blogueros más populares que promueven el crossfit.
Tras la noticia del cierre, también más de una veintena de jóvenes decidieron la pasada semana volver a sus rutinas cotidianas, pero en las afueras del gimnasio en señal de protestas por las arbitrariedades cometidas hacia lo que ellos mismos llaman “la familia de ‘crossfiteros’”.
“Nos reunimos todos juntos frente a las puertas cerradas del nuestro querido gimnasio y entrenamos como si nada hubiera sucedido. Hicimos las rutinas de siempre y con el mismo ánimo; con menos recursos, pero con más creatividad y entusiasmo que nunca”, publicó Nicolau en su cuenta de Facebook.
Ni recursos ni buenas condiciones
“Este es una espacio donde cabemos todos, aquí no se discrimina a nadie por edad, sexo, condición física, color, u orientación sexual. Somos una gran familia que ve como nos despojan de todo lo logrado”, comentó para CubaNet una de las jóvenes que con mucho esfuerzo ha logrado ganarse un espacio preferencial dentro de esta comunidad, y que por petición de ella misma no divulgaremos su nombre.
“Yo llevo poco tiempo practicando, sin embargo desde el primer día fue evidente que la principal barrera que limita el crecimiento de todos los que aquí convivimos es la falta de equipos y malas condiciones del local”, describió.
Son muchos los proyectos que se cocinan en el gym de la Villa Panamericana, sin embargo siempre hay algún equipo que a estos jóvenes les falta, por lo que tienen que dar paso al ingenio y la “buena vibra”.
“Hace ya unos años sorprendió un aguacero tremendo dentro del gym, llovía más adentro que afuera. Para esa fecha yo aún no formaba parte del grupo, sin embargo, tanto es el amor que todos tienen por el deporte y lo que hacemos que bajo agua todos los que serían mis futuros compañeros practicaron hasta haber terminado todas sus rutinas”, agregó la joven entrevistada. “Esto es algo que amamos, con este proyecto ayudamos al desarrollo de la sociedad, que nos lo quiten es una pérdida para todos”.
Aunque se han realizado las llamadas pertinentes por parte de los directivos del grupo, los afiliados del Panamericano Gym Club siguen sin respuestas ante el cierre de su local, que desde hace algunos años era uno de los principales promotores de salud y cultura física en la ciudad.