LA HABANA, Cuba.- El uso de un diminuto y potente imán, el simple descuelgue del reloj contador, la llamadas “tendederas nocturnas” y otros métodos utilizados en Cuba para burlar el consumo eléctrico en el sector residencial, contribuyen a que el 18% de la energía eléctrica producida por el Estado no se cobre, afirma un funcionario de la Empresa Eléctrica de La Habana bajo condición de anonimato.
Estas “estratagemas”, junto al soborno de cliente a inspector, hacen de la electricidad un negocio jugoso desde que Fidel Castro aumentó la tarifa de este “subsidio” en 2005.
El vivo vive del bobo…
A las oficinas comerciales de la Empresa Eléctrica acuden diariamente consumidores que acusan al organismo de adjudicarles en su cuenta mensual los Kilowatts/horas de otros clientes.
“Me he presentado en varias ocasiones en la oficina de San Miguel del Padrón porque me están cobrando una tarifa mensual de 75 pesos (3.44 dólares) cuando yo no consumo eso. Además me han multado por negarme a pagar la corriente. Creo que están sacando kilowatts de otro cliente para ponérmelos”, comentó Floranje Torres, de 62 años y vecina del barrio Martín Pérez.
Un funcionario del municipio capitalino Arroyo Naranjo, consultado bajo condición de anonimato, declaró que sacar kilowatts de un reloj contador y poner en otro es prácticamente imposible desde que se informatizaron las oficinas de cobro.
“Los clientes piensan que existe un mecanismo de robo de kilowatt a nivel de oficinas y eso es absurdo, aunque no estamos exento de que las maquinas (computadoras) se equivoquen”, apuntó.
Independientemente de los trucos que el consumidor pueda ingeniar para evadir el pago, otra opción a la mano es sobornar al empleado de la Empresa Eléctrica encargado de leer los metros contadores. La ‘tarifa’ es de 5 a 10 pesos, para los altos consumidores la multa ‘por la izquierda’ supera los 6 dólares.
“Ellos (los cobradores) deben de tener algún cambalache para quitar cuotas de un consumidor y ponerlas en otro, pero yo sí no entro en el soborno con los inspectores porque vaya usted a saber si son policías del Departamento Técnico de Investigaciones (DTI)”, comentó el dueño de una cafetería en la barriada habanera de Mantilla bajo condición de anonimato.
Frutos de la ‘revolución energética’
Clientes como Armando L. Hernández, de 54 años y vecino del municipio capitalino Cotorro, consideran que el bajo salario del cubano y la modernización de los hogares con nuevos electrodomésticos, incluidos los de cocción eléctrica que vendió Fidel Castro en la llamada “Revolución Energética”, hacen que el cubano tenga que inventar para pagar menos corriente.
Antes de 2005 los núcleos familiares que promediaban un consumo de 300 KW/hora al mes pagaban 69 pesos. Con la nueva tarifa dispuesta, estos 300 KW/hora aumentaron a 114 pesos. Quienes posean al menos un climatizador dentro de la casa o una cafetería particular, están a expuestos a desembolsar de 700 a 1 000 pesos mensuales por consumo eléctrico, sobre todo en los meses de verano. La tarifa eléctrica se apropia casi el tercio del salario promedio de un empleado estatal, que es de unos 23 dólares al mes.
Mientras los métodos tradicionales para burlar el consumo eléctrico se perfeccionan, otros clientes prefieren robar electricidad de madrugada con redes alternativas (las llamadas tendederas nocturnas), siempre y cuando al amanecer toda la instalación quede desmantelada sin dejar rastro.
Entre los trucos más usados para robar electricidad de noche está el imán, cuyo precio oscila entre los 40 y 50 dólares. Algunos imanes son importados y otros artesanales, hechos a partir de discos duros de computadoras. Se necesitan al menos de siete a diez discos duros para conformar un imán que sea capaz de detener o retrasar el mecanismo de inducción (sea analógico o digital) de un reloj contador.
Las pérdidas en el sector residencial y el despilfarro eléctrico estatal son compensadas con apagones programados de corta duración u otras medidas de ahorro a nivel de empresas o de servicios que el Estado ofrece a la población. Si bien invertir en un imán de ‘quita y pon’ o robar electricidad de madrugada alivia el bolsillo, contrarrestar dichas “ilegalidades” solo conseguirá que se perfeccionen las piruetas del cubano o la corrupción estatal toque otras puertas.