LA HABANA, Cuba. – “El Gobierno está jugando con nuestras vidas, porque esto en cualquier momento se viene abajo y (las autoridades) solo saben decir que hay que esperar sabiendo que podemos morir aplastados”, lamenta el habanero Javier Ramos Rojas.
Desde que en septiembre pasado parte del techo de su vivienda colapsó, ni él si su familia saben de qué forma solicitar ayuda de las autoridades ante el riesgo de desplome de la vivienda.
“Cuando el techo colapsó esto empezó a llenarse de agua y rápidamente llamamos al Partido, al Gobierno. Vinieron las gentes de Vivienda y dijeron que como esto había sido un derrumbe parcial había que evacuarnos, pero desde entonces, todavía nos dicen que hay que esperar porque tienen 122 personas en la calle”, denunció Ramos Rojas.
La vivienda ubicada en Calzada No. 456, entre E y F, en el Vedado, municipio Plaza de la Revolución, forma parte de la primera planta de un viejo edificio de dos plantas con visibles muestras de deterioro, según pudo constatar el equipo de CubaNet. Los pasillos se encuentran apuntalados y presentan visibles daños estructurales.
Ramos Rojas señaló que, para resolver su caso, las autoridades no han tenido ni en cuenta que su esposa se encuentra en estado de gestación, y mucho menos que es empleado de la Dirección Municipal de Vivienda de Plaza de la Revolución, donde se desempeña como chofer.
“Seguimos aquí, en espera y bajo riesgo de muerte con una mujer embarazada y un niño de 11 años, habiendo un local aquí al lado vacío, otro en la esquina y otro en 9 y F”, lamentó.
El entrevistado apunta que ante el temor de quedar sepultados bajo los escombros, su esposa e hijo duermen en el portal de la edificación, que presenta un mejor estado constructivo.
“Hemos ido al Gobierno, al Partido, al Consejo de Estado, hasta a los Bomberos hemos llamado y nada. Cuando llueve todo esto se inunda… y ya se me han echado a perder dos televisores y un equipo de música, y ¿quien paga eso?”, se preguntó Ramos Rojas.
Asimismo, insistió en que se siente indignado por ser un trabajador de una institución que, en una situación como esta, no es capaz de ayudar a sus empleados.
“Cuando nos encontramos en un desastre como este es cuando nos damos cuenta de que aquí te engañan, te prometen, te dicen que te van a dar y al final no dan nada, e incumplen con las medidas de protección de las vidas de las personas”, denunció.
Sin embargo, según dio a conocer al portal oficialista Cubadebate la directora general de la Vivienda, Vivian Rodríguez Salazar, en la actualidad el programa de construcción de viviendas en Cuba se cumple al 90%, incluidos los planes estatales, los subsidios y las construcciones por esfuerzo propio.
Asimismo, el medio señaló que el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel había incluido entre las prioridades estatales un estudio parcial de los edificios en la capital para elaborar una proyección diferenciada en La Habana, que permitiera atenuar el grave problema.
Entretanto, con el afán de llamar la atención de las máximas autoridades del país y hallar una solución para su caso, Ramos Rojas contó a CubaNet que también protagonizó una protesta en las inmediaciones de la Plaza de la Revolución, aunque explicó que no logró el efecto que buscaba.
“Me desnudé y me fui para la Plaza de la Revolución… Allí me montaron en un patrullero y me metieron en un calabozo. Nunca me atendió nadie, y después de una hora me dijeron que me fuera para mi casa”.
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