LA HABANA, Cuba.- El Centro de estudios de Liderazgo y Desarrollo (CELIDE), Fundación Sucesores y la Plataforma Femenina se han unido en un nuevo proyecto con el fin de “construir una plataforma cívica nacional de nuevos líderes y lideresas comunitarios”, según anuncia en su carta de presentación.
La Red de Líderes y Lideresas (RELLIC) pretende crear “una nueva generación de liderazgo comunitario, cívico y democrático” que responda a las necesidades “reales” de los lugares de donde surjan estos nuevos actores de cambio.
“CELIDE es un desprendimiento de corte civil del Partido Solidaridad Liberal Cubano”, comenta para CubaNet Fernando Palacio Mogar, coordinador de la nueva iniciativa. “RELLIC, es la propuesta que tenemos nosotros para seguir trabajando en nuestra línea; pero no somos los únicos, la MUAD y las demás organizaciones que integran la plataforma política nos apoyan”.
Para Eroises González Suárez, vicecoordinadora del proyecto y coordinadora de la Plataforma Femenina, “en estas elecciones no se logró nada por falta de estrategia”, y da su punto de vista ante una de las polémicas más enconadas que ha vivido la oposición cubana: la participación en las elecciones a través de candidatos independientes.
“No estábamos preparados todavía para poder decir: vamos a lanzar tantos candidatos, porque muchos tenían la disposición, pero no el liderazgo que hay que tener”, agrega.
Sin embargo, estima que “con esta Red sí se va a lograr porque es un trabajo que se va a empezar a hacer ahora para las próximas elecciones”, con lo que traza el 2020 como meta para participar en los comicios de 2021.
Para Palacio Mogar, las elecciones municipales pasadas, donde la represión fue lo más visible, “aunque mucha gente vio como fracaso que no se haya podido postular a nadie, para mi es una victoria que el Gobierno haya tenido que mover tantos recursos para evitar que se presentaran candidatos de la oposición”.
Según el activista y político, “esto comienza ahora”.
“Siempre digo que hay un medidor para saber qué es lo que el Gobierno cubano cree que es un peligro y los candidatos significaron para ellos un peligro real”, analiza.
Las “artimañas” y “trabajos de inteligencia brutales” para impedir que los candidatos que presentó su partido en La Habana y en Camagüey llegaran siquiera a las reuniones de nominación incluyeron “aterrar a las familias de los candidatos, amenazarlas con lo laborar y lo judicial” o “secuestrar a los candidatos para que no llegaran a las reuniones”, explica.
“Eso es un medidor de que el Gobierno se preocupa por este tipo de acciones que le pueden crear fisuras en su dictadura”, opina.
La presencia de la Plataforma Femenina en RELLIC garantiza que las mujeres no sean minoría en esta búsqueda y formación de ciudadanos con aptitudes para la política.
“Dentro del trabajo del Partido nos dimos cuenta de que las mujeres estaban un poco apartadas y que siempre que se pensaba en dirigir o gobernar, los únicos que están capacitados para eso eran los hombres. Así que creamos la Plataforma para visualizar y dar a conocer a las mujeres que también podemos aspirar a candidaturas”, dice Eroises, refiriéndose al Partido Solidaridad.
Palacio está convencido de que el cambio en esta “sociedad cerrada” que “el Gobierno se ha encargado” de crear, se puede concretar jugando con “con sus propias reglas para romper con esa estructura que ellos tienen”.
El político ve tres ganancias fundamentales ante los supuestos imposibles: “Una era (que) si lográbamos nominar a un candidato era un logro que su ficha apareciera ahí; dos: si ese candidato hubiese obtenido por lo menos cuatro votos, también hubiéramos ganado porque rompíamos el mito del Gobierno de que el cien por ciento de la población los apoya; y tercero: si este candidato se hubiese podido ubicar como delegado municipal del Poder Popular hubiese sido un logro que independientemente al sistema se haya podido insertar”.
“Habría que preguntarse cómo vería el ciudadano en su comunidad que alguien distinto pudiera responder a sus necesidades o habría que ver cómo verían entonces los órganos del Gobierno si se vieran presionados realmente ante un delegado independiente y opositor”, añade. “Hay que intentar ir forzando desde adentro un cambio sin legitimar al gobierno porque nada que legitime al régimen es bueno para el futuro de Cuba”.
Según su carta de presentación, RELLIC se basa en el principio de “subsidiariedad”, que le permitirá realizar con autonomía “todo aquello para lo que no es imprescindible la presencia del Estado”. Este no hace falta para empoderar a las comunidades y que utilicen las herramientas democráticas que “más y mejor se avienen” para la mayor participación ciudadana en el reclamo de sus derechos.