La denuncia fue presentada en San Antonio de los Baños. Según la denunciante, la ex militar le prometio un contrato de trabajo por tres años en México, por el que le fue cobrando varias sumas, que redondearon 2500 CUC para los supuestos trámites. El contrato resultó un total engaño.
El timo comenzó cuando Rosa era peluquera en un Instituto de belleza en Camagüey, una de sus clientas logró ilusionarla con la idea de trabajar en otro país y la puso en contacto con Enodia Domínguez, jurándole que era de toda confianza.
En el primer encuentro con Enoida, fue en su casa de la calle 70, 2102 A, entre 21 y 23, San Antonio de los Baños. “La ex oficial me explicó –cuenta Rosa– que aunque estaba retirada del MININT y ya no laboraba como funcionaria de Inmigración, mantenía relaciones con una amiga en México, y que por favores que le debía, le conseguiría un contrato de trabajo para tres personas, incluyéndose ella. O sea, Oneida viajaria a México conmigo.
“Aseguró que que el trabajo para mí sería como dependiente en un mercado de la playa del Carmen, en Quintana Roo. Yo, solo tendría que pagar por el contrato 2500 CUC, más los gastos de visa y pasaje”.
“La explicación fue más que creíble, debido a la presencia en el encuentro Rodolfo Cordero Delgado, teniente coronel del MININT y esposo de Enodia. La presencia de este alto oficial del Ministerio del Interior, me hicieron creer que todo era legal. Volví a Camagüey y vendí mi casa para pagar las fotocopias de carné de identidad, inscripción de nacimiento, pasaporte y el pago de la cita en la embajada de México”.
“Finalmente el 6 de junio del pasado año, se dio la cita en la embajada de México. Ahí descubrí que la señora Domínguez no podía viajar al extranjero por ser una retirada del MININT, que las citas para la embajada de México, no se cobran y lo peor, el documento NUT, o sea, el supuesto contrato de trabajo, que debía estar en poder de Oneida o en el consulado, no existía”.
Mientras relata su historia, Rosa no para de llorar, dice que el cónsul mexicano le dio 10 días para presentar el contrato de trabajo, que jamás pudo conseguir.
Días después, Rosa comprobó que nunca existió la supuesta amiga que enviaría el contrato de trabajo desde México, como tampoco existía el supermercado en Playa del Carmen, donde se suponía iría a trabajar.
Antes de hacer la denuncia a la policía de San Antonio, lugar donde ocurrió la estafa, pidió a Enodia Domínguez, le devolviera el adelanto de 1700 CUC entregado para los trámites. Oneida se desentendió. Y Rosa presentó la demanda.
Producto de esta estafa, Rosa se ha quedado sin vivienda, y ahora vive alquilada con su pequeña hija en lugares transitorios en La Habana. En la denuncia que interpuso en la estación de policía de San Antonio de los Baños, contó con lujos de detalle esta historia, pero la respuesta que recibió de parte del capitán Roberto Rodríguez Cruz, en un documento titulado Notificación al denunciante, con fecha 28 de octubre de 2013, se le informa que teniendo en cuenta lo previsto en el artículo 334, inciso 1, 2, 3, 4 y 5, del Código penal vigente, se determinó que estaban ante un hecho que no es constitutivo de delito.
Rosa quiere denunciar esta estafa a la prensa independiente, porque teme por su vida, después de haberse quejado a la PNR, a la Fiscalía Militar, al departamento de Atención a la ciudadanía del MININT y al Consejo de Estado, y solo ha recibido maltratos y atropellos, que la han convertido en una persona sin derechos civiles, ni sociales, perdió su casa, su trabajo, y la escuela de su hija, que ha resultado la mayor perjudicada.