LA HABANA, Cuba.- En apenas 24 horas se dará a conocer el nuevo presidente o la nueva mandataria de los Estados Unidos. La pugna entre la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump por llegar a la Casa Blanca, se ha mantenido sazonada por una controversia donde la tendencia ha sido que ambos candidatos se desacrediten mutuamente.
Tal como se vislumbra el panorama, en estos momentos muchos no apostarían a ninguno de los dos aspirantes; pero de cara a los sensibles acontecimientos que se producen en la arena internacional y, especialmente, a las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, la mayoría de los cubanos parece proclive a confiar en las “buenas intenciones” de Clinton.
La propaganda de los medios cubanos y ciertas televisoras latinas, que venden al magnate como un ogro capaz de incendiar el mundo por sus cuatro costados, habría funcionado, pues la casi totalidad de los entrevistados por CubaNet favorece a la candidata demócrata, alegando que la ex Secretaria de Estado se muestra “más sincera”.
De igual forma, los analistas de los medios oficialistas cubanos, que tratan de parecer neutrales y escépticos, se inclinan sutilmente por Clinton, a la vez que critican continuamente cualquier paso dado por Barack Obama para hacer más fluidas las relaciones entre ambas naciones.
La pregunta que se hacen muchos es si alguno de los dos candidatos a la Casa Blanca traerá mejoras al pueblo cubano o si, en cambio, todo provecho quedará en la cúpula del poder, en los militares de antaño que hoy visten guayaberas y componen el alto sector empresarial cubano. Muchos paisanos de a pie han justificado su preferencia por Hillary en la continuidad que la candidata propone darle al proceso de entendimiento entre Cuba y Estados Unidos, tras medio siglo de enemistad.
¿Podría decirse que por primera vez los medios nacionales y las televisoras extranjeras de habla hispana, cuyo consumo en la Isla es considerado ilegal, han trabajado de conjunto para predisponer a los cubanos en favor del candidato que más conviene al actual estado de cosas? A la par de los malos augurios sobre “el carcomido sistema electoral en los Estados Unidos”, se han esparcido rumores de que entre Raúl Castro y Hillary Clinton hay un pacto concebido de antemano.
Lo cierto es que la prensa cubana ataca a ambos contendientes para continuar cimentando la creencia de que la política estadounidense es sucia y corrupta, mientras da palmaditas de apoyo en los hombros de Clinton. Muchos opinan que el pueblo cubano nada tendrá que ganar cuando en la noche del martes se haga público el resultado del referendo. En todo caso -quién puede dudarlo- el gobierno cubano podría tener preparada su estrategia para cualquiera de los dos aspirantes que resulte elegido.