LA HABANA, Cuba.- El único sitio en La Habana que brinda internet gratis es el “Laboratorio para el arte” del pintor Alexis González, “Kcho”, situado en calle 212 y 7ma B, Romerillo, adonde acuden personas de todas partes a conectarse por Wi-fi o a utilizar la sala de navegación.
Pero la sala Google+Kcho Mor está cerrada “por fumigación”, y muchos usuarios, agotados en el inútil intento de acceder a internet, pujaban en la cola para acceder a una de las cuatro máquinas de la biblioteca cuando una voz cayó sobre ellos como un balde de agua fría: “¡Se fue la conexión!”
Los que estaban ya como usuarios en aquel momento tuvieron que salir a esperar que se restableciera el servicio. Nadie supo decir cuándo sería, porque el informático encargado de esa labor no se hallaba por ahí.
Varios jóvenes de la cola se brindaron para ayudar en algo que, según dijeron, era sencillo. “Solo apretar el botón, resetear el servidor y ya”, pero la responsable de la biblioteca se negó rotundamente. Cerró la sala y dijo que sólo el informático estaba autorizado para hacerlo.
Yordanis Gil, residente en La Lisa, dijo que se podía restablecer el servidor sin necesidad de esperar que llegara el informático. “Este problema se resolvería de una manera sencilla, si el informático coloca un comando automatizado para que el servidor se reinicie solo. Pero no lo hace. Tampoco desinfecta las máquinas. Hay un virus llamado ‘mugen’ que lleva más de un año en las computadoras de la sala infectando las memorias USB, sin que nadie lo mate. Un problema que se resuelve en cinco minutos”.
Le pregunto si estudió computación y me dice que no. “Aprendí ‘cacharreando’. Hace poco, la fábrica de tanques presurizados REGAL, situada en 51 y 26, en Marianao, me contrató para que le formateara todas sus máquinas y las limpiara de virus, a pesar de contar en su plantilla con un informático graduado en la Universidad de Ciencias Informáticas, UCI, que lo había intentado inútilmente”.
Yordanis Gil es músico, director sinfónico. Según cuenta tiene compuestas melodías para piano, guitarra y orquesta. También dice poseer el mérito de haber actualizado el libro “Taller de armonía popular moderna”, escrito en 1951 por el maestro Armando Romeu, que actualmente utiliza el Instituto Superior de Arte, ISA, incorporado al plan de estudios. Es natural de Holguín, pero se queja porque no ha podido conseguir todavía el cambio de dirección de La Habana.
Me muestra el documento de autorización transitoria, válido solo hasta el 22 de agosto del 2016. “Luego de esa fecha tendré que vivir escondido, porque entraré en la categoría de ‘ilegal’ y pudiera ser deportado para Holguín si me sorprenden en La Habana sin el cambio de dirección permanente”.
Transcurren los minutos. El informático encargado de restablecer la conexión no aparece. Las personas en la cola protestan.
Yordanis continúa: “Esta iniciativa de Kcho es digna de elogio, porque parte de los recursos que se emplean aquí salen de su bolsillo y lo comparte generosamente con el pueblo. Si muchos millonarios de los que hay en Cuba hicieran algo parecido, la situación en el país mejoraba. Hace poco vine con un amigo extranjero, que cuando vio a la gente demorarse media hora, una hora, para conectarse al Wi-fi, dijo que era una vergüenza. Que en un país tan atrasado como Haití existía Wi-fi hasta en los baños públicos”.
Cansados de esperar, la cola se deshace. Muchos se marchan malhumorados. Otros se quedan a esperar el tiempo que sea, pues no cuentan con los CUC necesarios para comprar una tarjeta de internet y conectarse en un hotel. Yordanis es uno de ellos. Dice que necesita enviar un email a TV Globo, en Brasil, para proponerles un tema instrumental que ha compuesto y en el que tiene depositada todas sus esperanzas, a ver si lo aceptan para una telenovela.
“Si tengo suerte pienso sobrevivir con eso. De lo contrario, que de vez en cuando me contraten de la empresa musical Adolfo Guzmán, el CIMEX, o REGAL, como otras veces lo han hecho, para que les limpie las máquinas de virus y le instale programas de computación. Aunque no entiendo por qué, si tienen en plantilla a informáticos graduados de la UCI, que ganan muy buen salario; como este de Kcho, que no acaba de aparecer y que en un año no ha podido matar al ‘mugen’ que yo, siendo músico, puedo desparecer en cinco minutos”.