MAYABEQUE, Cuba – Tiene unos treinta años, pero su rostro refleja más edad. Se hace llamar Hard Core y fue uno de los que se sumó como público, casi desde el principio, a lo que luego se llamó “Festival Rotilla”.
“Aquello era otra cosa: el ambiente más sano, la gente conectada en una onda cultural” cuenta Hard Core, y añade: “Esto que estás viendo es una caricatura con tremendo mal ambiente de reparteros [seguidores del reggaetón]. ‘Verano en Jibacoa’ no tiene nada que ver con Rotilla”.
De evento underground a actividad oficialista
Todo comenzó en 1998, como una fiesta de amigos, en la pequeña playa de Rotilla cercana al pueblo de Santa Cruz del Norte. Tomó fuerza y apoyo internacional. En 2001, el evento se mudó para Jibacoa. Además de la electrónica, se abarcaban otras manifestaciones como el rock, el rap más contestatario y el performance. Los productores se hicieron llamar Grupo Creativo “Matraka”. Estaban los iniciadores Michel Matos y Joyvan Guevara.
En el verano del año 2011, cientos de jóvenes capitalinos y de otras zonas del país, se preparaban para la gran fiesta. El acontecimiento se llamaba “Festival de Música Electrónica Rotilla”. El del año anterior había sido un éxito rotundo con la asistencia de 50 000 personas.
Pero en esos días de agosto de 2011, el gobierno confiscó la actividad a sus legítimos creadores y productores. Las autoridades culturales convirtieron a Rotilla en una feria oficialista. La nombraron “Festival de Música Alternativa Verano en Jibacoa”.
Cinco años después
Quioscos con comida se levantan a ambos lados de la senda que conecta a la playa con la calle de acceso desde la Vía Blanca. Hay tiendas de campaña desperdigadas por toda el área, mucha policía en uniforme y también vestida de civil. Se tiene la sensación de estar en una plaza donde pulsean los delincuentes y las autoridades.
En uno de los tres escenarios, el viernes, la Agencia Cubana de Rap presentó a 1ra Base y Jimmy ConKlase. Como apertura, la música grabada y amplificada era reggaetón. Sin embargo la tónica fue otra la noche siguiente, con el sonido metálico de The Shepal, Combat Noise y Zeus.
El mismo sábado primero de agosto, en el área principal, muy cercana a la Playa, el grupo Gitano movió al público. También estuvieron David Blanco e Isis Flores. El viernes 31 actuaron, entre otros, Arnaldo y su Talismán y Wena Onda. Un tercer espacio funcionó con disc-jockeys de música electrónica, en una estética más comercial.
El espectro que recorre Jibacoa
“Para que el evento vuelva a ser lo que fue, tendrían que devolvérselo a la gente de ‘Matraka’. Pero aun así, a estas alturas sería muy difícil recuperar el espíritu súper que tuvo esto”, expresó Eduardo Longa, quien con su proyecto “Talento Cubano”, contribuyó en mucho al Festival Rotilla.
“Fíjate en este detalle” señalaron unos amigos que declinaron identificarse: “a los rockeros y raperos nos tiraron para un escenario ubicado lejos de donde está la oferta gastronómica. Como diciéndonos que estamos aquí de favor. ¡Y nosotros fuimos los que le dimos voltaje a esta historia!”
Todavía quedan, en la memoria de muchos, las sesiones ininterrumpidas con música electrónica de vanguardia en el escenario principal. “Pero por sobre todo está el recuerdo de esa sensación de libertad, libertad de veras”, dicen varios que recuerdan. El fantasma de Rotilla sigue recorriendo a Jibacoa cada año en el mes de agosto. No ha sido fácil extirparlo.