
LA HABANA, Cuba.- Las dietas médicas especiales en Cuba van destinadas, principalmente, a los niños con padecimientos de salud graves o crónicos. Pero la administración de esas dietas y su aseguramiento, que corre a cargo del Estado cubano, deja mucho que desear.
Un ejemplo de esa situación ocurre en la Cooperativa No Agropecuaria (CNA) La Granjita, centro municipal para la recepción y posterior distribución de las dietas médicas especiales del municipio Cerro, en la capital cubana. La cooperativa se encuentra en calle Colón esquina a San Cristóbal.
Allí las zanahorias aparecen mustias, llenas de tierra, la col está picada por los insectos y la fruta bomba está infestada de moho.
Adelina, la presidenta de la Cooperativa, aseguró a este reportero que “lleva tres meses recibiendo fruta bomba”. El pasado mes le exigió al camionero que este escogiese mejor la mercancía que traía pero el hombre se rehusó, alegando no tener tiempo para ello. Para colmo, se fue sin dejar lo que había traído”. Agrega Adelina que “como a la hora vino la (directora) comercial a recriminarme por haber virado el camión”.
“Es raro recibir una fruta aquí y que a los tres días no se pudra” aseguró la presidenta de la Cooperativa, y reconoció además el hecho de que “estoy cansada de plantearlo, incluso aquí en el gobierno municipal… que le pongan hincapié a que eso tiene que terminar. Incluso se le permite al proveedor que le eche líquido –para acelerar la maduración– a la fruta, que es para niños enfermos”.
Adelina afirma que desde el pasado diciembre, no se reciben los otros dos tipos de dietas médicas, destinadas entre otras a personas con VIH.
Ubicada en Colón y Velarde, también en el municipio Cerro, se encuentra la Comercializadora Provincial de las Cooperativas No Agropecuarias. Allí un funcionario que no quiere ser identificado asegura que ellos no despachan productos en mal estado.
Tanto el Cerro como Habana del Este tienen la distribución de las dietas especiales en un sólo establecimiento. Pero esa centralización acelera el proceso de descomposición de las frutas.
Respecto a la ausencia, durante durante los último meses, de una parte de las dietas médicas, el funcionario entrevistado aseguró que es consecuencia del incumplimiento del plan de producción por parte de las provincias de Mayabeque y Artemisa, proveedores fundamentales, con un promedio mensual de unas 400 toneladas.
Los hechos dan al traste con la cantaleta oficial de un gobierno preocupado por los altos precios, de los que acusa de “inescrupulosos” a los intermediarios. Contra ellos ha orquestado en las últimas semanas una cacería de brujas. Pero de no ser por el comercio privado, ni siquiera los enfermos tendrían qué comer.
La “agricultura revolucionaria” sólo puede cosechar, por un lado, zanahoria o coles. Los demás vegetales están reservados para el lucrativo mercado de oferta y demanda.
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