LA HABANA, Cuba.- Todos los años, en Cuba y buena parte del mundo, con fechas iguales o distintas, se celebra el Día de las Madres. Los antecedentes de esa evocación en nuestro país se remontan al 19 de abril de 1920 en el Centro de Instrucción y Recreo de Santiago de las Vegas, siguiendo la brillante idea iniciada por Miss Anna Jarvis en la ciudad estadounidense de Filadelfia.
Una reseña aparecida en el diario El Mundo sobre aquel evento en homenaje a las madres, estuvo a cargo de quien sería en lo adelante su máximo impulsor, el periodista capitalino Víctor Muñoz. En un fragmento de su texto se podía leer: “Cuando se logre llegar a la conclusión del propósito perseguido por los que han trabajado a favor de que se cree el Día de las Madres en Cuba, lograrán, como los norteamericanos, que disminuya el número de los malos hijos a nuestro alrededor, y con eso habrán prestado un gran servicio a la patria y a la humanidad”.
No hubo que esperar mucho tiempo para que comenzara ha haber día de las madres en Cuba. El 27 de abril de 1921, la Cámara Municipal habanera, a propuesta del Concejal y periodista Víctor Muñoz, acordó celebrar el Día de Las Madres instaurándolo en el Término Municipal de La Habana.
A cinco años para que se cumpla un siglo de aquel maravilloso hecho, la mayoría de los cubanos este próximo domingo de mayo se disponen a celebrar este día para congratular a quien los trajo al mundo.
CubaNet salió a la calle a buscar opiniones sobre la importante fecha, y si bien todos los entrevistados coinciden en la magnitud de tal evocación, de igual forma se lamentan de las cuantiosas agonías que se sufren para hacer feliz a las madres ese día.
Según refiere el escritor y poeta Luis Iglesias Pérez, miembro de la UNEAC, y secretario de la logia masónica Hijos de la Patria, existe una logia ubicada en el barrio costero de Cojímar que lleva el nombre del insigne periodista y masón Víctor Muñoz. “No imagino su reacción si estuviera vivo y se hubiera enterado que en mi taller, el pasado año, se enviaron por correo decenas de postales de felicitación a las madres de los miembros y la mayoría no llegó a los destinatarios. Veremos si este año ocurre lo mismo”, declaró Iglesias Pérez.
Reina Irma Lao, una trabajadora del Hospital Cardiovascular de Calle 17, en el Vedado, comenta que desde hace años quedó enterrada en el pasado la facilidad que brindaba el Ministerio de Comercio el día de las madres para comprar un cake a precio módico. “Ahora cuesta alrededor de 10 CUC, una cifra inalcanzable para un salario de 350 CUP al mes. El pasado año tuvimos la suerte de que mi hermana, que vive en EE.UU., mandó un dinerito y pudimos celebrar ese día juntos y en armonía, ojalá este año lo pueda hacer nuevamente”, sentenció.
Mercedes, una devota católica de la iglesia Santa Catalina de Siena, que se encarga de rezar por un grupo de fieles difuntos y atender sus panteones en el cementerio Colón, declaró que los precios de las flores cada vez que llega el Día de las Madres son una estafa: “Es imposible conseguir un ramo bonito ese día. Los que te venden son carísimos, de pésima calidad y con envases horribles. El pasado año mi esposo y yo fuimos por toda la Calle 25, de jardín en jardín, recolectando flores con el permiso de los dueños; gracias a eso pude depositar algunas bonitas en la tumba de mi madre y otros panteones donde reposan los restos de mis allegados”.
En el correo de Línea y Paseo, en el Vedado, desde principios de semana ya se agrupaban varias mujeres para comprar postales de felicitación e intercambiaban opiniones entre ellas. Una comentaba la fealdad de las tarjetas que venden al precio de un peso, todas sin brillos y con un mismo diseño, y otra certificaba que el bolsillo solo daba para regalar estas postalitas de mala calidad o “jaboncitos de 0,35 CUC para quedar bien”.
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