LA HABANA, Cuba – Por segunda vez, Ángela se adentra en la contienda para adquirir los dos artículos de la canastilla más necesarios para su futuro bebé. En su primera experiencia no logró agenciarse una cuna y un colchón; pero esta vez, no está dispuesta a rendirse.
El colchón y la cuna de la canastilla son productos que se desvían para el comercio ilegal, debido a la demanda que tiene en las familias cubanas. Su precio “subsidiado” por el Estado representa sólo un 10 por ciento de lo que cuestan en el mercado negro.
Milagros, madre desde hace seis meses, no ha podido obtener una cuna porque cada vez que se entera ya es demasiado tarde y no alcanza. “Llevo nueve meses en esta desgracia, estos trabajadores son unos sinvergüenzas, venden las cunas y los colchones para ganar dinero. No entiendo, los artículos vienen por la cantidad de embarazadas de este territorio y yo todavía no logro coger nada”, expresó enojada.
Continúa explicando que tuvo que comprar por la calle una cuna con colchón en 45 pesos convertibles (CUC) equivalente a 1 125 pesos cubanos. “No sé cómo se las arreglarán las familias con necesidad económica; vigilarán a diario la entrada de estos artículos”, comentó Milagro.
Hasta ahora nadie ha sido encarcelado por el desvío de estos recursos del Estado. Según el código penal, esta conducta es clasificada como malversación y las sanciones pueden ir desde los tres a los ocho años de privación de libertad.
Otra de las afectadas es Jennifer, de 38 años. Cuenta que no pudo coger la cuna y el colchón en las dos veces que dio a luz. “Es increíble el negocio que estos trabajadores tienen, madres en su mayoría. En el año de cobertura que me dan para coger todos los artículos de la canastilla siempre me faltó el colchón y la cuna”, señaló.
Comenta que, después de tener la mala experiencia, ni se preocupó por ir al local asignado para la canastilla ya que tuvo que comprarla en el mercado negro a 50 CUC, o lo que es lo mismo, 1 250 pesos. “La cuna de mi primer hijo fue la de su hermano también. ¡Que se queden con esa mierda!”, vociferó.
“La verdad es que si puedo coger todo lo que el Estado me da, me ahorro dinero. Todo me sale cerca de los 400 pesos cubanos, pero si tengo que ir a la TRD [Tienda de Recaudación de Divisas], una cuna solamente puede sobrepasar los 2 500 pesos”, resaltó por su parte Lucía, madre de una embarazada.
El Estado cubano asigna seis artículos para la canastilla de las embarazadas, por un año de validez, y este tiene un valor total de 342 pesos: Una cuna con un valor de 180, un colchón en 40, el “módulo grande” (dos toallas, un juego de sábanas de cuna, 10 culeros de gasa, 10 metros de tela antiséptica y una ropita en dependencia del sexo del bebé) en 57, el “módulo pequeño” (colonia de bebito, un pomo de crema, un pomo de aceite para bebé, 4 jabones de baño y un pomo de crema de factor de crecimiento) en 30, el mosquitero para la cuna en 20 y dos pomos para agua o leche en 15 pesos.
La canastilla sigue siendo uno de los malestares de las familias cubanas con pocos recursos. El comportamiento de estos empleados obliga a las embarazadas (familia) a requerir del mercado negro algo que les pertenece por derecho propio.