MIAMI, Estados Unidos.- Desde 2003, Cuba ha estado enviando batallones de médicos a Venezuela a cambio de dinero en efectivo y petróleo. El programa “Barrio adentro” ofrece atención médica gratuita a venezolanos pobres y fue uno de los pilares del régimen chavista.
Pero según los trabajadores de salud cubanos que han desertado del programa “Barrio adentro”, el proyecto está lleno de fraudes. Y dicen que han estado bajo una presión tan intensa para lograr cumplir ciertas cuotas, que han estado fingiendo estadísticas durante años. Los trabajadores médicos que no alcanzaban su cuota diaria veían amenazado su salario o inclusive su estancia en Venezuela.
Thaymi Rodríguez, una dentista del programa, dijo en un reportaje publicado por el Miami Herald que, en una jornada de trabajo, tenía que ver a 18 pacientes. Sin embargo, a menudo se dirigían a su clínica muchas menos personas al día.
Para compensar el déficit, Rodríguez cuenta que ella y sus colegas rutinariamente fingían papeleo y tiraban a la basura anestésicos, moldes dentales y otros suministros. Las auditorías regulares de sus suministros significaban que necesitaban que coincidieran con el número de pacientes.
“Podría ver a cinco pacientes al día, pero tenía que decir que había visto 18, y luego tirar toda esa medicina, porque simplemente teníamos que hacerlo”, añade Rodríguez.
“Trabajé durante tres años y medio como dentista en Venezuela, y fue horrible tratar con las estadísticas”, dijo la especialista, quien desertó del programa a fines del año pasado y está en Colombia a la espera de una visa para ir a Estados Unidos.
Botar medicamentos en un país donde se necesitan desesperadamente era doloroso, dijeron los médicos. Pero si los atrapaban regalándolos —o peor aún, vendiéndolos—, también eran expulsados de la misión y devueltos a Cuba.
El Miami Herald afirma que habló con tres grupos diferentes de trabajadores de salud que habían abandonado el programa, y todos contaban historias similares. Autoridades venezolanas rechazaron hacer comentarios.
La presión para cumplir cuotas proviene de Cuba. Desesperado por la moneda fuerte, el gobierno envía a sus legiones de trabajadores de la salud en el extranjero bajo contratos que permiten a la al régimen mantener la mayor parte de los ingresos.
Según un artículo publicado por la Escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania, durante 2015 había 37 000 profesionales de la salud cubanos trabajando en 77 países. Citando a funcionarios cubanos anónimos, el documento afirma que los trabajadores de salud generaron unos 8 mil millones de dólares en divisas ese año.
La petrolera estatal venezolana PDVSA, que paga el programa, dijo que destinó 28 800 millones de dólares a Barrio Adentro entre 2003 y 2015.
La Organización Mundial de la Salud ha elogiado el programa “Barrio adentro” por ayudar a reducir la mortalidad infantil, y el presidente Nicolás Maduro dice que los médicos cubanos han salvado más de 1,4 millones de vidas desde que comenzó el programa.
Un experto cubano que supervisó misiones médicas en cuatro estados venezolanos dijo que era su trabajo enviar estadísticas a La Habana. El técnico de 34 años pidió permanecer en el anonimato porque le han dicho que enfrenta órdenes de arresto en Venezuela y Cuba por robar datos de la misión médica.
Venezuela paga a Cuba en base al número de pacientes atendidos o talleres educativos que se dan, dijo. Las autoridades de la isla procuran que el poco número de pacientes no se interponga en el monto de los ingresos.
“Hay que entender que Venezuela paga a Cuba basándose en estadísticas, no en lo que realmente está sucediendo en las clínicas”, explicó.
En los cuatro estados bajo su jurisdicción —Aragua, Yaracuy, Guárico y Carabobo—dijo que había unos 6 800 cubanos en diferentes “misiones”, incluyendo 5 900 trabajadores médicos.
Mientras compilaba sus informes mensuales, estaba claro que habían sido fabricados, dijo. Los dentistas registraron regularmente 18 pacientes al día y realizaron cinco talleres educativos por semana. Además, tenían que llenar el papeleo extenso en cada paciente. Simplemente no había suficientes horas en el día, dijo.
“Soy un técnico y un matemático y me gusta que todos mis datos tengan sentido”, dijo. “Y nada de esto tenía sentido”.
Los dentistas están particularmente en la mirilla porque Venezuela paga por sus servicios en efectivo, dijeron trabajadores. No obstante, ningún profesional de la salud se salva de las cuotas.
Ibrahím Mustelier, un oftalmólogo, dijo que estaba obligado a entregar a seis pacientes cada jueves para la cirugía de cataratas bajo el programa conocido como “Operación milagro”.
Pero “lo que vería en mi práctica eran infecciones, conjuntivitis… cosas que no necesitaban cirugía”, explicó. Cuando no tenía suficientes casos, sus jefes lo mandaban a llamar a las puertas para llenar las camas.
“Mis supervisores decían: ‘Doctor, sabes que vas a ser castigado porque tenemos que cumplir con estas cuotas, y estas órdenes vienen de los niveles más altos'”, recuerda.
La presión sobre los médicos puede ser una de las razones por las que han estado desertando en masa. Miles de ellos recibieron visas expeditas a los Estados Unidos bajo el programa de Cuban Medical Professional Parole.
El experto en datos citado por el Herald dijo que de enero a octubre de 2016 tenía registros de 90 médicos que habían desertado solamente en el estado de Aragua.
Con todo, “Barrio adentro” también ha sido víctima de la crisis económica de Venezuela, que sufre escasez de alimentos y medicinas. Los doctores dijeron que incluso mientras desechaban cierta medicina, otros medicamentos —particularmente antibióticos— eran imposibles de encontrar.
En octubre, poco antes de abandonar su puesto, el técnico dijo que el régimen cubano hizo regresar a la isla caribeña a cientos de médicos del programa porque, según creía, Venezuela se estaba quedando atrás en sus pagos. Su departamento, por ejemplo, se redujo de 22 a 12 trabajadores.
Pero a pesar de que “Barrio adentro” está en dificultades, ambos países mantienen la idea de que la asistencia médica gratuita es viable y prospera bajo el socialismo de Venezuela. “Al final”, dijo, “Venezuela y Cuba se están mintiendo mutuamente”.