LA HABANA, Cuba. – El jueves 22 de septiembre de 2020, el Consejo de Defensa Provincial de La Habana tomó la decisión de abrir un evento de transmisión local del nuevo coronavirus en la zona de Luyanó, municipio Diez de octubre, La Habana. El nuevo evento, que abarca nueve manzanas de Luyanó y una del Consejo Popular Jesús del Monte, se formó a partir de tres controles de foco.
La decisión se tomó al aflorar 22 casos positivos de los seis consultorios médicos de la zona. En el lugar existen 12 ciudadelas y un albergue de personas evacuadas de viviendas en mal estado, además de varios centros laborales. Esta información fue divulgada por el medio oficial Tribunal de La Habana.
El área acordonada se distribuye a ambos lados de la Calzada de Luyanó, desde la calle Villanueva hasta Nuestra Señora de Regla, donde está el hospital Hijas de Galicia, contemplando una cuadra a la derecha subiendo hasta el hospital y dos cuadras a la izquierda, para totalizar las diez manzanas. Hasta ahora, es el evento de transmisión local más grande en extensión territorial en La Habana.
Para conocer la vida cotidiana de los vecinos del evento de Luyanó, acudimos al lugar, recordando que hace más de un año, esta misma zona aledaña al hospital gineco obstétrico de Diez de Octubre fue duramente golpeada por un tornado la noche del 27 de enero de 2020. El meteoro provocó grandes afectaciones totales y parciales en las viviendas de la comunidad.
Pudimos transitar por la Calzada de Luyanó, que se mantiene abierta a modo de pasillo interior del área sellada y accedimos a conversar con varios vecinos que se encontraban en las puertas de sus casas, separados de la calle por largas cintas amarillas que delimitan la zona de contagio.
Rolando, un vecino de 61 años de edad, conocido por el sobrenombre de Tomate, declaró a CubaNet que todo comenzó por un foco en la calle Reforma, donde tuvo lugar “una fiestecita de quince”.
“El viernes nos sorprendieron a los vecinos y llegaron policías y tiraron las cintas amarillas y prohibieron el acceso a toda la zona. De momento, esto se convirtió en una gigantesca prisión. No se puede salir ni entrar. No sabemos cuántos días estaremos así. De día podemos asomarnos a la puerta de la calle, pero a las siete de la tarde hay que meterse en las casas porque te cogen preso y te ponen una multa de dos mil pesos”, explicó el hombre.
Según Juana, una señora de 72 años de edad, vecina de Calzada de Luyanó y Nuestra Señora de los Ángeles, circuló el rumor de que les harían pruebas PCR a todos los vecinos de la zona para detectar el coronavirus, pero hasta ahora no ha sido así.
“A mí casa no han venido para hacer la prueba. Sólo vienen del consultorio médico a preguntar cómo estamos”
La anciana explica que, debido al confinamiento, “la comida la traen unos mensajeros”. Sin embargo, dice que no es gratis: “hay que pagarla”.
Se trata de “unas raciones de arroz con subproducto” que, a decir de la mujer, “está bastante malo”. La comida suele ir acompaña con mortadela o queso. También se han vendido paquetes de galletas.
“En mi casa no hay niños, pero me compadezco de los padres que están desesperados con esta situación. Nunca vi nada parecido, ni cuando el tornado esto estuvo tan malo. Que Dios nos proteja. Ya no se puede vivir en Luyanó”, apuntó Juana.
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