LAS TUNAS, Cuba.- El ministro de Salud Pública, Roberto Morales Ojeda, de visita el pasado jueves en el hospital Guillermo Domínguez de en esta provincia, a propósito de los riesgos epidemiológicos que corre el municipio Puerto Padre y Cuba toda dijo: “No se nos puede generar a nosotros ningún brote epidémico ni de enfermedades de transmisión digestiva, ni de enfermedades transmitidas por mosquitos”.
Según el ministro Morales Ojeda, la única forma de evitar las epidemias es adelantándose a estas con las medidas de prevención indicadas por la Defensa Civil y el propio ministerio de Salud Pública.
Entrevistada por periodistas de medios locales oficiales, la directora municipal de Higiene y Epidemiología, doctora Vivian Santana González, dijo que en el caso del municipio de Puerto Padre, al incremento que ya había antes del paso del huracán Irma, cuando “ya teníamos un número de casos” (no especificó cuántos), ahora se han incrementado.
Según la doctora Santana González, después del ciclón “se nos ha duplicado la cifra de focos” de vectores así como “un grupo de personas enfermas, sospechosas, dígase zika, dígase dengue.”
En la última planta del hospital Guillermo Domínguez, en la Sala C-4, se mantienen ingresadas y aisladas “un grupo de personas”, bajo mosquiteros; de las que las autoridades no han revelado el número, ni de los que sólo son sospechosos de haber contraído la enfermedad, ni de los que han resultado positivos luego de los exámenes especializados, que sólo se hacen en el Instituto de Medicina Tropical en La Habana.
La Directora de Higiene y Epidemiología en Puerto Padre explicó a través de la radio que “tenemos focos activos” a los que diariamente personal médico están visitando “casa por casa buscando las personas enfermas,” pues, la única forma de cortar “una posible transmisión es atacando el vector”.
Los vectores, el mosquito Aedes aegypti y Aedes albopictus, este último vector secundario —pero ojo, proviene de Asia, continente bien representado por sus viajeros y cargas en puertos y aeropuertos cubanos—, si bien es posible menguarlos eliminando sus hospederos, cuando se llega a un punto como el que nos encontramos hoy, con un incremento en toda la costa norte como consecuencia de las condiciones epidemiológicas y climatológicas adversas, ya no es posible eliminarlo a corto plazo sólo atacando su hábitat, sino atacándolo dentro de su hábitat, coinciden especialistas.
Esto es, primeramente hostilizando los mosquitos con repelentes personales para evitar las picaduras, algo casi imposible para los cubanos pues, en las TRD (Tiendas Recaudadoras de Divisas), el repelente que menos cuesta, un frasco diminuto, vale un CUC; 25 pesos, impagables para el salario no de un obrero, sino también de un profesional sin afectar otros gastos impostergables.
Las aplicaciones de insecticidas en las viviendas y sus alrededores, coincidiendo con las etapas de vida de los vectores, a este extremo de riesgo, sería la campaña más eficaz para erradicar los mosquitos transmisores de dengue, zika y chikunguña.
Pero una fumigación a esa escala específica sólo se realiza donde ya han detectado la presencia de los mosquitos Aedes y no de forma preventiva en todos los asientos poblaciones, en los que la acumulación de toda suerte de desperdicios y aguas estancadas, por deficientes, o inexistentes sistemas de acueducto, alcantarillas, y servicios comunales, los hacen potenciales criaderos de transmisores de epidemias.
“Vamos a recibir en el municipio un carro de alto rendimiento (el carro del humo) para hacer una fumigación extradomiciliaria en la medida que avance la limpieza de las calles y las reparaciones,” anunció a la población por la emisora de radio local la Directora municipal de Higiene.
Pero no parecen tan sencillas las reparaciones en las calles. En la calle Juan Gualberto Gómez, en Puerto Padre, existen salideros de aguas que por momentos transforman la vía pública en riachuelos, y ante esta situación, una vecina hizo la pertinente denuncia vía telefónica al gobierno municipal (Poder Popular), de donde indicaron a la denunciante llamar a Higiene y Epidemiología, llamada que hizo la señora, pero de esa institución de Salud, le sugirieron que llamara “al Poder Popular”.
Son tantos los mosquitos, vectores o no vectores llegados de las marismas, que esperando el “carro de alto rendimiento” y su humareda, que nos recuerda el humear de una hornilla de keroseno cuasi apagada, pensé que podíamos ahuyentar los mosquitos como lo hacían nuestros mayores en el campo cubano, sin humos tóxicos: haciendo arder bostas de vaca.
Pero luego caí en cuenta que esto era imposible, porque… ¿dónde conseguir tortas de estiércol de vaca, si los potreros son escasos y el ganado lejano como el carro del humo?
Con aguas encharcadas en las calles, ausencia de insecticidas, presencia de repelentes caros, conviviendo con mosquitos, y si cuando un ciudadano llama al “Poder Popular” de tal gobierno dicen: “llame a Higiene y Epidemiología”, y de esa entidad de Salud responden, llame al Gobierno, habría que preguntar al ministro de Salud Morales Ojeda cómo proceder cuando indicó: “No se nos puede generar a nosotros ningún brote epidémico ni de enfermedades de transmisión digestiva, ni de enfermedades transmitidas por mosquitos”.