LA HABANA, Cuba.- Los cuentapropistas cubanos parecen haber hallado en la clandestinidad de sus negocios una buena alternativa para enfrentar las férreas leyes de control gubernamental sobre el sector privado en la Isla.
Ante las nuevas medidas anunciadas por el gobierno de Raúl Castro contra los emprendedores, un grupo de quince cubanos, propietarios de varias casas en tres de las principales playas del país (Varadero, Guardalavaca y Jibacoa) se han unido para ofertar lo que sería el primer “Timeshare” privado de Cuba.
“Timesahare” (tiempo compartido o multipropiedad) es un servicio que consiste en el goce de una propiedad, por lo general algún tipo de alojamiento vacacional, durante un periodo determinado en el contrato. Una serie de afiliados pagan una cuota de dinero anual para acceder a algunos de los inmuebles y como consecuencia pueden disfrutar de este durante un período previamente acordado.
A pesar de que la idea de ofertar este tipo de servicio en Cuba por parte de particulares se generó en enero del presente año, apenas comenzó a materializarse entre un grupo de “clientes muy selectos.”
Los miembros de lo que constituye un club de propietarios decidieron unirse para ofrecer, “principalmente a amigos y familiares de confianza”, la opción de poder acceder hasta por dos semanas a alguna de las quince residencias de este tipo sumadas entre los destinos turísticos antes mencionados.
Según uno de los propietarios asociados al negocio, identificado como Luis, existen tres tipos de membresías a los cuales se puede acceder.
Una de ellas es “amigo”, para la que se pagan 200 CUC al año más 75 de mantenimiento y se tiene acceso a una de las quince casas por hasta dos semanas. Este servicio incluye el transporte, aunque no la gasolina.
“La otra modalidad es ‘hermano’. En esta se pagan 350 CUC anuales, con lo que se puede acceder a los inmuebles por hasta dos semanas, y el pago incluye transporte, lavandería y desayuno. La tercera opción es suscribirse como ‘familia’; en este caso se depositan 500 CUC al año y se tiene acceso preferencial a una de las 15 casas por hasta dos semanas con transporte, lavandería, comida, recorridos turísticos, atracciones acuáticas y reserva para todos en el club o restaurant de moda incluido, además de contar con dos recargas de gasolina”.
Luis manifiesta que ante la nueva realidad política de la Isla contra el sector privado por ahora han decidido brindar el servicio solamente a familiares y allegados de confianza. “No creemos acertado confiar en una política que se cierra y abre constantemente”, agrega.
“El objetivo no es competir con nadie; el objetivo es brindar una opción más a quien pueda pagarlo. No quisiéramos permanecer fuera de lo legal, sin embargo, estamos seguros de que una vez presentado el proyecto van a surgir los obstáculos y cuestionamientos”, señala.
Añade: “Solo se lo ofrecemos a amigos y familiares pues no tenemos una base legal, aunque tenemos asesoría para defendernos o defender los intereses nuestros y de los clientes. Hoy, si pasara algo en una casa o existe algún tipo de incumplimiento por parte del cliente o de la empresa se resuelve entre nosotros mismos”.
Con esto, el negocio no solo cae en la amplia categoría de lo considerado “ilegal” por el régimen de Raúl Castro, sino que constituye un inteligente desafío a las nuevas políticas impuestas por el gobierno contra el sector en Cuba.
Luis informa que hasta el momento un total de 215 familias tienen contratado el servicio. Todas las casas tienen una capacidad de hasta ocho personas y cada inmueble cuenta con un minivan para la transportación. Aunque no posee legalidad alguna se realiza un intercambio de firmas entre el cliente y la empresa, donde se exponen una serie de reglas y derechos que el usuario debe cumplir.