BAYAMO, Cuba.- La Empresa Municipal de Comercio y Gastronomía en Bayamo se encuentra en el centro de atención y debate popular. Más por las molestias que genera que por la misión para lo que fueron creadas.
Las llamadas bodegas de abastecimiento, cuyo cometido es la entrega mensual de la canasta básica de los cubanos, continúan siendo escapatoria para muchas familias, cuyos ingresos económicos no les permiten acceder a productos con precios más altos en mercados de venta liberada.
En este engranaje de servicios, demanda y oferta, interactúan seres humanos. Los ‘bodegueros’ no han escapado de las diversas medidas que se aplican en el país con respecto a la reducción de plantilla, el excesivo control y los bajos salarios unidos a exigencias para poder cumplir con su trabajo.
Tal situación podría ser la causa por la cual se habrían registrado en lo que va de año, solo en la ciudad de Bayamo, las muertes de tres administradores por suicidio.
Osnel Jiménez es a sus 54 años, administrador de una pequeña bodega llamada “La Rosita”, en el Reparto Latinoamericano: “Nos ponen en situaciones muy duras para poder llevar adelante nuestro trabajo. Las exigencias para cumplir el plan mensual, hagas ventas o no, son enormes; además de imponernos cuotas altísimas. Otro tanto es con respecto al mantenimiento de los locales. No te ofrecen ningún recurso para ello, pero deben estar impecablemente limpios y pintados. Eso lo hacemos con nuestros propios recursos.”
Con más de 18 años en el sector, Orlan Rodríguez, bodeguero del centro histórico de la ciudad, comenta: “La desmotivación que hay entre los trabajadores es visible. Nos esforzamos por cumplir un plan que es insostenible. Y aún cuando lo logramos, por decisión superior se desvían las ganancias a otros organismos. Esta acción perjudica el estímulo salarial. Eso sin contar el inacabable proceso de reducción de plantilla. Mes por mes sobra alguien. Y para la calle.”
Fuentes anónimas confirman sobre este último asunto que próximamente serán despedidos 42 trabajadores. Y que además yacerán plazas de administradores bajo la justificación de bajo nivel educativo, incumplimiento de las responsabilidades asignadas o cambio de puesto laboral.
Para confirmar la información nos comunicamos con Alberto Ramírez Ruiz, director de la entidad, quien se negó a ofrecer declaraciones al respecto.
Sin embargo la situación no escapa entre los consumidores. Los comentarios sobre los despedidos perviven en la voz colectiva de quienes, además, crean lazos de afectos con los trabajadores de la cadena empresarial que les sirve.
Octavia Fonseca, de 69 años, lamenta lo que últimamente está pasando en las bodegas de la ciudad. Desde la experiencia que le ha ofrecido su vida nos relata: “A cada rato nos llegan noticias de cambios, despidos o suicidios en las bodegas de la ciudad. Eso jamás había sucedido. Es evidente que el tema dinero acompaña esta situación y lo entendemos pues en esa gente hay padres, hijos y hermanos. Las cosas en este país están cada día más duras. Y sabemos que se les exige mucho, más allá de sus reales posibilidades. Creo que hay que ser más flexibles con los de abajo. Pues en los de arriba, que también roban, no pasa nada.”
Benenciano Rodríguez, vecino de “Rosa La Bayamesa” considera que “lo que está pasando no debería asombrar a nadie. En este país se ha institucionalizo el robo. De otra forma no habría modo de vivir, pues lo que se ofrece a bajos precios no alcanza para todo un mes. Es lógico que se apoderen los que tiene acceso a ellos (recursos) y que cuando les fiscalicen haya faltantes enormes. Lo que siento es que tomen como salida quitarse la vida. Pero hay que analizar la causa para poder entender el efecto.”
Haydee Quiñones, jefa de zona del centro de la ciudad, comenta sobre estos pormenores. “No hacemos más que cumplir con lo que está estipulado. No somos nosotros los que creamos las leyes ni los reglamentos. La responsabilidad nuestra es de control. Cierto que reconocemos las causas de lo que está pasando, pero nos es imposible eliminar eso.”
La funcionaria, al indagar sobre los temas que preocupan a la población, sentenció: “La trama entra en el campo de la honestidad y la responsabilidad de cada cual ante los hechos que realiza. Con respecto a las exigencias del plan, desde hace más de 5 años, se decidió incorporar al stand de ventas de nuestra cadena de bodegas, otros productos que nada tiene que ver con la canasta básica que recibe nuestra población cada mes. Esto incluye productos similares pero a un precio mayor. Al existir más productos, debe haber más ganancias.”
Con respecto a la disminución de plantilla sentenció: “Es sabido que forma parte de un proceso de cambios que se operan actualmente en el país. No se trata de tirar a la calle porque sí. Hay parámetros que van desde el nivel cultural, ojalá la situación adversa que vive el país cambiara. Eso seguramente evitaría los males tan dolorosos con los que nos estamos enfrentando. Principalmente el excesivo robo de los suministros, los elevados faltantes y la lamentable muerte de administradores.”