LA HABANA.- Una sociedad sin esperanzas, motivaciones y oportunidades, se estanca e involuciona, como en Cuba ocurre. Los cubanos continuarán en la eterna espera y reprimidos.
La continuidad de los octogenarios dirigentes mediante “transición no traumática” a cincuentenarios ejecutores de sus lineamientos mantendrá la revolución socialista totalitaria.
Raúl Castro eliminó gratuidades del “Estado paternalista”, pero el Estado-Partido continuó el control absoluto, las “prohibiciones absurdas” y profundizó las diferencias sociales. Hay que liberar las fuerzas productivas, han expresado precisamente quienes las tienen atascadas. ¿Por qué dosifican la propiedad privada y persiguen sus ganancias? Porque el Estado no puede competir en eficiencia y creación de riqueza. ¿Por qué los cubanos del sector cultural pueden enriquecerse, y tener negocios dentro y fuera del país, especialmente cuando están vinculados al Gobierno? Todos deben disfrutar esos derechos.
El trabajo, impulsor del desarrollo, perdió su papel, que el Gobierno dice debe recuperarse pero no retribuye adecuadamente. Crece la pirámide invertida: ingenieros, abogados y técnicos trabajan como taxistas, maleteros, cocineros o cantantes, por mejoras económicas. Mientras la población envejece, los jóvenes sin presente huyen al exterior para forjar un futuro propio y crear familias. Desde hace varias décadas el país se deprecia, se descapitaliza humana y materialmente.
La incertidumbre sobre quiénes y qué implementarán ha sido fomentada por las declaraciones de los dirigentes cubanos durante las reuniones en los sitios donde fueron nominados y al concurrir a votar en supuestas elecciones del Poder Popular, a casi un mes del retiro del actual gobernante y eventualmente de los vicepresidentes, los llamados dirigentes históricos, el 19 de abril, según lo reportado por los medios de divulgación nacionales. Cierto es que Raúl Castro dejará pendientes asuntos fundamentales de los Lineamientos de la Actualización del Modelo Económico aprobados en 2011, pues han resultado más complejos de lo esperado, según han expuesto. Las unificaciones monetaria y cambiaria próximas tienen temblando a la población.
Marino Murillo informó sobre el vapuleado cuentapropismo, al responder preguntas de sus electores el 2 de marzo, según un video colgado en las redes internacionales por un participante. El vicepresidente económico aseveró que las 28 licencias suspendidas siete meses atrás volverán a otorgarse, cuando Raúl Castro firme los decretos ya redactados. Sin embargo, dijo que no podía decir fecha porque él es “cualquier cosa menos mentiroso”.
Varios funcionarios realizaron declaraciones a la televisión durante la votación en las elecciones para dirigentes provinciales y diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular el 11 de marzo. Miguel Díaz-Canel, posible próximo jefe de Estado, reiteró sus enardecidas alocuciones sobre continuidad, unidad, batalla económica, consolidación y defensa de la plataforma ideológica y la revolución atacada, amenazada, con una relación deteriorada con Estados Unidos. Subrayó el homenaje a Fidel y el apoyo a Raúl y a la generación histórica.
Bruno Rodríguez, ministro de Relaciones Exteriores, destacó el momento crucial del proceso de transformaciones económicas, con dificultades y carencias, en el entorno económico difícil y el embargo-bloqueo norteamericano, pero con un instrumento único en el mundo, el Poder Popular.
Las elecciones se realizaron el 11 de marzo, sin que se pueda conocer quienes participaron por libre elección o por la compulsión político-social mediante la estructura de cada cuadra, los Comités de Defensa de la Revolución. En 49 centros se extendió una hora, aduciendo lluvia. A pesar de la usual cobertura de la radio, la televisión y otros medios nacionales, sorprendentemente la Comisión Electoral paralizó la información parcial dos horas antes de concluir la votación, probablemente por la baja asistencia y el estado de las boletas.
El total de electores era 8 926 575, votaron 7 399 89 (el 82,90%) informó Alina Balseiro, presidenta de la Comisión Electoral Nacional en Conferencia de Prensa, la tarde del día 12 Por tanto, no concurrieron 1 526 684 (17%), lo cual es notable en Cuba por el ambiente compulsivo existente. En las elecciones 2013, hubo 8 668 457 electores y votaron 7 877 906, con una inasistencia de 790, 551 (9%). Pero lo más significativo resultó que en 2018 aumentaron los electores en 258 118, y el incremento de abstención fue mayor en 736 133. A ello se añaden 1,26% boletas anuladas y 4,32% en blanco, oficialmente reportadas e imposible de verificar. Esos resultados indican la poca credibilidad debido a las promesas incumplidas, la carencia de claridad sobre quienes serán los próximos dirigentes y la implementación de los cambios imprescindibles para contener la crisis económica por parte del gobierno trasmutado en ciernes.
La definición sobre el ilusionismo electoral de la elite gobernante fue precisada por Abel Prieto, ministro de Cultura: “esta especie de transición no traumática la llevan preparando Fidel y Raúl hace muchos años, poniendo en puestos claves a gente muy joven”.