PUERTO PADRE, Cuba.- Sanciones de privación de libertad de veinte a treinta años, o muerte, prevé el delito por el que son instruidos de cargo los trece cubanos que zarparon de aquí el pasado 13 de diciembre a bordo de un barco pesquero, interceptados por guardacostas estadounidenses y entregados a las autoridades de Bahamas y luego devueltos a Cuba, la semana pasada.
Los trece acusados, procesados por el órgano de Instrucción de Las Tunas, recibieron visitas de sus familiares este sábado.
Algunos familiares entrevistados por este reportero dijeron que los suyos están en buen estado de salud, asistidos por un médico, pero que al menos uno se encuentra “muy deprimido”.
A fin de asignarles abogados defensores, el instructor a cargo del proceso informó a los familiares que los trece detenidos se encuentran acusados por Robo con Violencia o Intimidación en las Personas, en el Expediente de Fase Preparatoria número 36.
Según fuentes fidedignas, la reconstrucción de los hechos ya fue practicada a poco más de cien kilómetros del lugar del suceso, en Puerto Guayabal, en la costa sur de Las Tunas.
Según comentó una fuente cercana a las autoridades, se eligió otro lugar “porque los acusados sentían pena de reconstruir en Puerto Padre”. La noche en que el ferrocemento fue devuelto a Puerto Padre, a pesar de lo avanzado de la hora, no pocos vecinos se congregaron en el malecón para presenciar su llegada.
Los tribunales cubanos no aplican la pena de muerte desde abril de 2003, cuando ocurrieron los sucesos de la lancha de Regla y el gobierno fusiló a tres jóvenes.