LA HABANA, Cuba, 20 de enero (173.203.82.38) – Tres ex prisioneros políticos: Francisco Chaviano, Vladimiro Roca y René Gómez Manzano, se manifiestan ante la muerte de Wilman Villar Mendoza.
Francisco Chaviano: Se trata de otro asesinato. El gobierno conoce la situación de sus prisioneros en las cárceles cuando se declaran en huelga de hambre. Hombres que lo único que hacen es exigir su derecho a la libertad, a discrepar de las autoridades. Se entra en un forcejeo prisionero-gobierno, cuyo desenlace es el que estamos viendo ahora: la muerte. Después de un tiempo en que el prisionero se mantiene en huelga, le quitan el agua, y esto colapsa los riñones. En este caso fue más grave porque Villar Mendoza contrajo una neumonía, que es fatal en las condiciones que se encontraba. Lo hacen para dar un ejemplo, y que el mundo sepa que ellos, los comunistas, no tienen compasión.
Vladimiro Roca: Primero quiero poner en contexto mi pensamiento sobre las huelgas de hambre. No comparto ese método, porque se revierte contra el huelguista, es un atentado contra uno mismo, y eso diezma las filas de la oposición. Sucedió recientemente con Zapata, y más atrás con Boitel. A pesar de mi criterio sobre este método, es lamentable lo que ha pasado con Wilman. Otra vez se repite la historia, y lo peor es que el gobierno no cede y las cosas siguen igual. Internacionalmente no pasa nada, a pesar de que constantemente el régimen viola sus propias leyes. Es un gobierno de gánsteres y no se puede esperar otra cosa de ellos como no sea la indiferencia ante hechos como la muerte de Wilman, que es una verdadera tragedia.
René Gómez Manzano: La muerte de Wilman es como llover sobre mojado. No es la primera vez que sucede algo semejante. Está reciente la muerte de Zapata Tamayo en las mismas condiciones, es decir, se declara en huelga de hambre por los atropellos que padecía en prisión, lo encierran en una celda de castigo, sin agua y sin asistencia médica. Y cuando estaba agonizando es que lo llevan al hospital, con muy pocas esperanzas de salvarlo. En el caso de Wilman se repite la historia, incluso los médicos, cuando vieron las condiciones en que estaba dijeron que si se salvaba sería por un milagro, pues sus condiciones eran deplorables. La historia es la misma, a pesar del repudio internacional por el asesinato de Zapata. Esto es consecuencia de la impunidad de que gozan estos jenízaros en las prisiones. Cabe la posibilidad de que este atropello se deba a alguna “iniciativa” del alcaide y los carceleros de la prisión de Aguadores, en Santiago de Cuba. Estas personas gozan de impunidad, y no tienen que responde por sus acciones. Tanto el caso de Zapata, como el de Wilman Villar son las consecuencias de la intolerancia e impunidad del régimen.