LA HABANA, Cuba.- Perseverantes frente a tantos años de silencios e inconsecuencias de las autoridades cubanas ante la persistencia de las desigualdades raciales, un grupo de ciudadanos y activistas impulsan una nueva iniciativa para llevar el complejo asunto del racismo a la agenda política y pública en ocasión de la celebración del próximo Congreso del Partido Comunista, gobernante y único reconocido.
Impulsada por la Cofradía de la Negritud, una institución que por varios años ha conservado la particularidad de no ser una de esas ONG pro gubernamentales que componen el espectro corporativo de la Cuba actual, pero que tampoco se ubica en el ámbito de la oposición contestataria, la iniciativa tiene como objetivo fundamental romper las divisiones que todavía subsisten entre los que comparten la inquietud y el compromiso antirracista en la Isla.
La campaña se fundamenta en varios preceptos constitucionales vigentes que avalan la petición ciudadana y los principios de igualdad y no discriminación. Cubanos de todas las posiciones ideológicas se han ligado en una, de momento, coyuntural Concertación Ciudadana contra la Desigualdad y la Discriminación para avalar con el respaldo de ciudadanos firmantes “… la petición formal al Comité Central del Partido Comunista de Cuba para que el tema Desigualdad Racial en la Sociedad Cubana sea incluido en la agenda social que tratará el Séptimo Congreso y para que, en consecuencia, ese evento se pronuncie de manera expresa al respecto.”
Los promotores y animadores de la iniciativa peticionaria procuran con la misma sensibilizar a las más altas autoridades del país con las preocupantes desigualdades y desequilibrios socioeconómicos que se profundizan en los últimos años y de paso convertir en diseños de política consecuente y permanente las esporádicas referencias que líderes y funcionarios hacen sobre las manifestaciones de racismo y discriminación que nunca ha dejado de padecer la sociedad cubana.
De igual forma, al apelar a la autoridad del partido gobernante y a los presupuestos constitucionales, los animadores de la iniciativa buscan romper las divisiones y fracturas de sesgo ideológico y alineación política que a lo largo de nuestra historia han dividido y debilitado el movimiento antirracista cubano. La clave esencial de la campaña es apelar, a título de ciudadanos, a la responsabilidad y compromiso de las autoridades frente a un problema de suma gravedad y peligro para el presente y el futuro de Cuba. La aspiración es que la problemática racial se convierta en debate público e institucional que anteceda y sustente medidas efectivas para promover el equilibrio y la igualdad tantas veces prometidos.
No es primera vez que la Cofradía de la Negritud hace requerimientos de esta índole al liderazgo político del país. En ocasión de la primera Conferencia Nacional del Partido Comunista de 2012 la organización civilista envió un pliego de recomendaciones que recibió la callada por respuesta.
Norberto Mesa Carbonell, fundador y líder de la Cofradía, asegura que “la iniciativa pretende motivar a cada vez más ciudadanos preocupados con el tema racial para que se manifiesten abiertamente… A pesar de silencios y obstáculos no vamos a descansar hasta que nuestra voz sea escuchada y atendida”.
Cuba necesita que la Concertación Ciudadana contra la Desigualdad y la Discriminación se mantenga firme y libre de fracturas y desviaciones para enfrentar los retos enormes de una lucha larga y difícil destinada a recuperar el debate y la autoestima identitaria y cívica de los ciudadanos.
El presente y el futuro de Cuba necesitan de plataformas cívicas conectadas con los valores universales, los problemas sociales más acuciantes y con los derechos reconocidos para ser capaces de cuestionar y presionar a los gobernantes y hacer pasar la igualdad y la justicia de los discursos y el papel a la realidad cotidiana de una sociedad necesitada de mucha igualdad y mucha justicia.