LA HABANA, Cuba -Muchos son los que todavía se preguntan si Fidel Castro ha muerto, porque no quiso o no pudo dar señales de vida desde el 18 de octubre del pasado año, hasta ayer día 12 de enero que, según se divulgó en la TV, le envió una carta al futbolista argentino Diego Armando Maradona y no a los cinco famosos espías que gracias a Obama, fueron puestos en libertad.
Sin embargo, sus vecinos, sobre todo los más allegados, residentes en los poblados costeros de Jaimanitas, Santa Fe y del nuevo barrio La Cantera, dicen que, pese a que es algo recurrente en su vida mantener por días y meses el misterio del silencio desde que se retiró del poder absoluto, su muerte es algo imposible, porque el dictador cubano posee el corazón de un galápago y una extraña mascota le proporciona energía cósmica cuando logra levantarse de la cama.
El asunto trascendió tanto por estos rumbos, que hasta el propio José Rodríguez Fuster, el artista más popular de Jaimanitas, le siguió la rima al casi nonagenario guerrillero y hace algunos meses pagó 200 pesos convertibles, equivalentes a 200 dólares, por un galápago, a una señora de Santa Fe, vecina del reparto El Roble. Cada día, uno de sus ayudantes, alimenta al animal en el patio de su casa y por las tardes lo saca a pasear para que estire las patas por las calles 3ra y 296.
El también quiere vivir, como Fidel, más de 140 años.
Por eso pienso que lo que se dice sobre el Comandante Invicto, que no morirá gracias a un injerto de corazón que se le ha hecho en secreto, no es chisme, rumor, o cuentos de caminos.
Cuando lo escuché, en boca de distintas personas, lo interpreté primeramente como un disparate o broma. Jamás se ha conocido que un ser humano pueda vivir con el corazón de un animal acuático.
Luego me pregunté: ¿No se tratará de un nuevo y clandestino invento de la ciencia moderna, propio de algún médico norteamericano izquierdista amigo de este tremebundo personaje que es Fidel, del que nunca se sabe a qué atenerse? ¿No tiene el Todopoderoso ex líder todos los medios y los dólares para adquirir el invento, en caso de que sea efectivo?
Ojalá que estos comentarios inéditos de los vecinos de Fidel Castro, algún día se conozcan en todos sus detalles, cuando su casona de Punto Cero se haya convertido en un museo y los curiosos quieran conocer saber cómo vivía en la intimidad el último caudillo latinoamericano.
Hoy, la historia verdadera es esta: Todo comenzó cuando alguien le sugirió al oído, de visita en su casa, que los galápagos sobrevivieron en el planeta mucho antes que los dinosaurios.
Luego buscó información y supo que un galápago, perteneciente a un célebre explorador francés, llegó a vivir 152 años.
–Sería una excelente e interesante mascota-– expresó Fidel.
A pesar de que se trata de una especie en peligro de extinción, se empeñó en conseguirlo ¡Qué no logra este tozudo hijo de gallego!
El pequeño animal vive a sus anchas en Punto Cero. Lo han visto. Dentro de 30 ó 40 años, alcanzará cinco pies de largo, 230 kilogramos de peso y podrá vivir 180 ó 200 años junto a su dueño.
Dicen que el Comandante Invicto contempla extasiado a su mascota, que hace gala de que sus órganos vitales no degeneren con la edad, que tenga un caparazón provisto de ingeniosas armas defensivas y que de pie, en dos patas, defienda su territorio hasta su muerte.