LA HABANA, Cuba, enero, www.cubanet.org -“El sistema se cayó”, informa una dependiente de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba, S.A. (ETECSA) a un cliente visiblemente molesto. “¿Cómo que el sistema se cayó?”, pregunta éste, y agrega: “¿Si yo nada más vengo a comprar un teléfono…?”
Son las seis y diez de la tarde y la sucursal que tiene la empresa en la Avenida Carlos III todavía estará abierta durante casi otra hora, pero ninguna actividad podrá realizarse. Si no hay conexión al sistema que utiliza la compañía a escala nacional, entonces todos los servicios se suspenden. ETECSA es la única empresa de su tipo que hay en Cuba, es propiedad del gobierno y opera sin ningún competidor en absoluto. Se trata de un gran monopolio estatal que administra las redes de telefonía móvil y fija, así como las conexiones a internet desde la Isla. Ella provee –o no– en exclusiva toda la comunicación del país.
Además, es la responsable de que la telefonía móvil en Cuba sea excesivamente cara: en un país donde la mayor parte de la gente cobra su salario en pesos cubanos o CUP (un promedio próximo a los 400), comprar una línea de celular cuesta como mínimo 30CUC (720 CUP), en tanto mantenerla sale al menos en 5CUC (120 CUP) cada menos de dos meses so pena de cancelación de la cuenta. De esos dos meses, realmente solo hay uno durante el cual no se suspende la posibilidad de efectuar llamadas o mandar mensajes. Ni hablar del precio que tiene un celular de los que se exhiben en las vidrieras de las oficinas comerciales.
Pero el difícil acceso a un servicio básico como la telefonía móvil, la cual hoy está extendida por el mundo entero, no es la única característica distintiva de ETECSA. También lo es su ineficiencia como institución. La escena narrada al principio de este artículo no es casual ni poco frecuente. Quizá uno de los eslóganes de la empresa debería ser precisamente “El sistema se cayó”, como la respuesta salomónica que explica todos los problemas que tiene el servicio que ofrece. Aunque, puestos a ver, el bocadillo bien pudiera ser utilizado por las demás entidades estatales que funcionan mal, solo que su significado pasaría a ser un poco subversivo. El caso es que la frase que tanto utilizan los empleados de esta compañía se presta a confusión. ¿Estarán al tanto sus directivos?
De cualquier forma, una economía que se llama “socialista” se contradice una vez más cuando mantiene esta explotación a los clientes de telefonía móvil en forma de tarifas astronómicas. ETECSA no es una institución humilde o para los humildes. Pero Cuba es una tierra de contradicciones: igual las cabezas del Estado han llamado a la eficiencia y a combatir la corrupción; pero mientas el servicio se sigue “cayendo” por un lado, por el otro hay una larga lista de gente que espera por un teléfono más asequible y que no tiene 1000 CUC para pagar “por la izquierda” la instalación inmediata de una línea fija cuya tarifa es más barata. Los que tengan suerte en eso por la vía legal serán, con toda seguridad, quienes luego deberán hacer larguísimas colas y, en varias ocasiones, perder su tiempo miserablemente antes de que alguien declare que “el sistema se cayó”.
Ojalá a quienes mandan no les dé por abrir la venta liberada de líneas fijas, porque si sucede como con las balitas de gas o los automóviles, el Estado abrirá las apuestas con un valor que convertirá a la empresa en una firma de lujo.
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