LA HABANA, Cuba -El turismo avanza como potencial generador de riqueza en Cuba, solo superado por la venta de servicios -fundamentalmente médicos- al exterior. No por casualidad la primera inversión extranjera en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel (ZEM) será una fábrica de productos alimenticios para esa rama.
Hotelsa, dedicada a la elaboración y comercialización de productos alimenticios y bebidas para la hotelería, anunció que empezará la construcción de una fábrica en junio y concluirá a principios de 2016, con una inversión inicial de 6,4 millones de dólares. La empresa española tiene experiencia de comercialización en Cuba desde hace 20 años y prevé que la normalización de relaciones con Estados Unidos “supondrá un importante impulso para el turismo”.
La época de veda del turismo extranjero, por constituir una fuente de “diversionismo ideológico”, comenzó a fenecer en 1989 debido a la crisis económica provocada por la caída del llamado campo socialista.
El Ministerio de las Fuerzas Armadas creó empresas como Gaviota, orientadas a los Cayos, Varadero y otras playas, donde se inició la construcción de hoteles, para recibir turistas de Canadá y Europa Occidental, principalmente. España tomó la delantera en la gestión con Meliá; y actualmente tiene 13 de las 17 cadenas hoteleras internacionales que operan en Cuba. No por casualidad, la Feria Internacional del Turismo (FIT) de Cuba se realiza en el Hotel Meliá Jardines del Rey de Cayo Coco, Ciego de Ávila, los días 5-7 de mayo, con Italia como país invitado. El hotel se inaugura parcialmente en esta oportunidad, y cuando se concluya a fines de 2015, será el mayor de la cadena española en el mundo, según informó su directivo en el NTV del mediodía del 4 de abril.
Aunque el turismo es la única actividad con un desarrollo sostenido, su incremento ha sido lento, teniendo en cuenta que al comenzar en 1990 logró poco más de 340 mil visitantes, en 1996 alcanzó el primer millón, pero necesitó 18 años para llegar, en 2014, a los 3 millones. Las principales dificultades para su crecimiento han sido la interferencia de Fidel Castro (como el cese de cruceros), las leyes y la prohibición del gobierno norteamericano a sus ciudadanos para viajar a Cuba, la competencia del área caribeña, los ineficientes servicios que desestimulan la repetición y la promoción, y la crisis económica que desde 2008 afecta a los países emisores.
El desempeño del primer trimestre de 2015 con 1,2 millones de visitantes para un 14,2% de crecimiento parece prometedor, aunque se trata de la temporada alta. A fines de marzo ocurre una caída, con modesta recuperación en julio y en octubre vuelve a alzar. Canadá ocupó el primer lugar con casi 552 mil personas, seguido por Alemania con 53 mil, Inglaterra con 43 mil e Italia con 39 mil. Los países en ascenso, aunque con cifras modestas, son Argentina, Venezuela, México, Rusia, Holanda, Chile, Colombia, Suiza, Polonia, Suecia y Austria, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas. El gobierno planifica un incremento de 5% este año.
Estimulados por el aumento de la demanda desde Estados Unidos, y las previsiones de su incremento notable, están en construcción o previstas obras de infraestructura, facilidades para cruceros, campos de golf, marinas, hoteles y restaurantes. No obstante, las capacidades no pueden asimilar las demandas, por lo que cuentapropistas y cooperativas no agropecuarias en algunos lugares se benefician ya de los permisos para alquilar casas y habitaciones, así como ofrecer servicios en paladares, cafeterías, tiendas de artesanía y otros pequeños negocios privados, lo que propicia fuentes de empleo, ingresos superiores a los miserables salarios que paga el Estado y prosperidad para la comunidad.
La llegada de visitantes norteamericanos pasó de poco más de 52 mil en 2009 a 91 mil en 2014, y los cubanoamericanos de 163 mil en 2009 a 259 mil en 2014, etapa en que el Presidente Obama abrió las posibilidades de viaje en el marco de la política “pueblo a pueblo”. Con la ampliación a 12 categorías de licencias de viaje para los norteamericanos, anunciadas después del 17 de diciembre, prácticamente solo se excluye el turismo de sol y playa. Para el presente año se espera un aumento a 150 mil visitantes.
Los pronósticos para 2016 van de 200 a 800 mil turistas norteamericanos y 380 mil cubanoamericanos, en dependencia de los avances de las negociaciones entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos. Mientras algunos analistas temen que en 2017 una nueva administración republicana revierta las medidas de Obama, me incluyo entre quienes abogan por que al contrario se levante la prohibición a los norteamericanos de viajar libremente a Cuba.
El turismo es la segunda fuente de divisas para Cuba, con ingresos de casi 2 mil millones de dólares en 2014, pero podría ser superior si fuera un turismo de mayor poder adquisitivo, como los norteamericanos que gastan más, la oferta tuviera precios acordes con la calidad, y no hubiese que importar todos los insumos, en ocasiones hasta tomates y mangos, perfectamente producibles en Cuba.
El anuncio del próximo restablecimiento de relaciones diplomáticas Cuba-Estados Unidos y la prevista eliminación de Cuba de la Lista de Países Promotores del Terrorismo han incentivado un “Fiebre del oro” de viajeros hacia La Habana cargada de intenciones para posicionarse. No obstante, la llamada locomotora de la economía tiene que complementar las inversiones extranjeras con producciones y eficiencia nacional a un ritmo muy superior al actual para lograr crecimiento en la cantidad de turistas y los ingresos netos.