MIAMI, Florida, marzo, 173.203.82.38 -Danzoneras de México, Venezuela y Colombia, están invitadas al Festival Danzón Habana, en homenaje –al que algunos niegan– el primer danzón: Las alturas de Simpson, estrenado por el matancero Miguel Failde en el Liceo de Matanzas, en 1879.
Danzón Habana rinde tributo a Consejo Valiente Robert (Santiago de Cuba, 1899), el popular Acerina, timbalero mayor cubano que llevó el danzón a México, grabó cientos de danzones, compitiendo con las orquestas cubanas de Antonio María Romeu y Arcaño y sus Maravillas, extendiendo la popularidad del hijo mulato de la contradanza, a toda la Cuenca del Caribe.
Durante varias décadas el danzón se mantuvo instrumental, hasta que, por influencia del son y la guaracha que sonaban en la radio (1926), le nació letra. ¿Quién no recuerda la voz de oro del danzón: Barbarito Diez? Pícaras guarachas como Lola (la que mataron a las 3.00 de la tarde), o el bolero Las Perlas de tu boca, se hicieron populares en Cuba, a ritmo de danzón.
El danzón aún está vivo en México, en los estados de Veracruz, Yucatán, Campeche. En Mérida y Veracruz –donde se refugiaron miles de cubanos de las guerras de independencia– los domingos en la tarde, en sus céntricas plazas: Mayor y el Zócalo,típicas danzoneras hacen entrelazarse a cientos de parejas de todas las edades.
Nuevos temas de country, soul, blue y jazz, salen cada año en Estados Unidos, jóvenes bandas rancheras suenan en México, pero en Cuba, mientras la guaracha y el son, disfrazados de timba, tratan de resistir los embates del reguetón y el rap, el danzón, el mambo, el chachachá y el bolero, sin evolución, sin nuevas grabaciones, son ritmos muertos.
Algunos autores cubanos como Harold Gratmages, en la Isla, y Paquito D’Rivera (ganó un Grammy con “Danzón”) en Nueva York, han compuesto elaborados temas de la cadencia mulata, pero, aunque en Matanzas, Cienfuegos y Madruga, animan a bailar danzón en algún parque, para los jóvenes cubanos, el llamado Ritmo Nacional de Cuba, es arqueología, música de museo.
Danzón Habana, auspiciado por la UNEAC, Unión Nacional y Escritores y Artistas de Cuba, se efectuará del 27 al 31 de marzo, ¡Hermosa propuesta! Pero hacen falta más que un festival para revivir el Ritmo Nacional que, hace mucho tiempo –curiosa antinomia–, los cubanos, por varias generaciones, dejaron de componer, tocar y bailar.