ARTEMISA, Cuba, 29 de junio (Moisés Leonardo Rodríguez / 173.203.82.38) – Las hamburguesas que la mayoría de los estudiantes botaron a la basura porque estaban mal cocinadas, mal olientes y con sabor “a rayo”, según los que probaron la carne, fue lo único que dieron ese día en la escuela politécnica Juan M. Castiñeiras, de Mariel, en la provincia de Artemisa.
Una estudiante de este centro, Luisa Regueira, dijo a este reportero que el director del politécnico se refirió a la “difícil situación económica del país”, y advirtió a los estudiantes: “No sabemos cuándo volverán a traer merienda, así que les pedimos que si no quieren pasar hambre, traigan algo de la casa”.
Hace unas semanas, el director del pre universitario de Mariel, ante una situación similar, telefoneó a un dirigente del gobierno municipal, y lo amenazó con dejar salir a los estudiantes a mediodía si no les resolvían el problema de los alimentos.
Después de la llamada se mantuvo hasta mediados de junio la venta de espaguetis, a 65 centavos la ración, y arroz congrí, boniato hervido y hamburguesa o huevo duro en cajitas, a 5 pesos.
Los vendedores de alimentos por cuenta propia que desafían la prohibición de ofertar sus productos en las escuelas y sus alrededores, son expulsados por los profesores, a los que estudiantes y familiares califican de “talibanes”.