LA HABANA, Cuba, 6 de julio (Agencias, 173.203.82.38) – La seguridad en el Hospital Militar Carlos J. Finlay, donde se encuentra internado el subcontratista estadounidense Alan Gross, ha sido reforzada con “boinas rojas” y francotiradores, de acuerdo con declaraciones de disidentes y periodistas independientes publicadas por Diario de Cuba.
“Han reforzado las postas militares, desplegaron los guardias del cuerpo de prevención, conocidos popularmente como ‘boinas rojas’, y los trabajadores hablan de grupos de francotiradores en el interior del hospital”, señaló a Diario de Cuba el periodista independiente Ignacio Estrada.
Las nuevas medidas de seguridad afectan, sobre todo, a la sala de penados del recinto, donde se encuentra Gross, quien fuera condenado a 15 años de cárcel por intentar distribuir equipos de comunicación entre la comunidad judía de la isla.
“A las enfermeras no les permiten entrar con teléfonos celulares con cámara, y le requisan todo lo que entran y sacan”, añadió Estrada.
La noticia también fue confirmada por la Comisión Cubana de Derechos Humanos (CCDHRN). “Es algo delirante, surrealista”, consideró Elizardo Sánchez, líder de la CCDHRN, quien agregó que “no hay una explicación” para el reforzamiento de la seguridad en torno a Alan Gross.
“No creo que esté en la mente de nadie un plan de rescate”, apuntó Sánchez.
El Hospital Militar Carlos J. Finlay está ubicado en las calles 114 y 31, municipio habanero de Marianao.
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