LA HABANA, Cuba, 12 de abril (Yaremis Flores, 173.203.82.38) – Héctor Riscart Mustelier, miembro de la cultura rastafari, se presenta el 13 de abril en un juicio a puertas cerradas por presuntos delitos de tráfico de drogas y resistencia a la autoridad.
Riscart Mustelier, también conocido como “Ñaño”, fue arrestado el 16 de noviembre de 2011 en las afueras del Cabaret Nacional, en Centro Habana, donde se había presentado el grupo musical que él dirige.
Las autoridades dijeron que el músico entregó su carné de identidad en el momento del arresto, pero que después “se zafó dando tirones con su cuerpo”. Según consta en las conclusiones provisionales de la Fiscalía, con fecha 30 de enero de 2012, Riscart se quitó el turbante que cubría sus trenzas “develando dos envoltorios con 65 gramos de marihuana”.
Por regla general, los juicios en Cuba son públicos. La excepción se aplica cuando razones de índole moral, seguridad estatal y orden público lo aconsejen.
Los jueces de la Sala 4ª. del Tribunal Provincial de La Habana se trasladarán a la instancia municipal ubicada en la calle Juan Delgado, en el municipio 10 de Octubre, para celebrar la causa penal.
Aunque se les debió comunicar el motivo del carácter secreto de este proceso, los familiares de Ñaño desconocen por qué no pueden presenciar el acto judicial.
Al respecto, la madre del artista comentó a esta reportera que “aunque los allegados a Héctor no podemos entrar a ver el juicio, estaremos afuera, brindándole nuestro apoyo”. También comentó que “su hijo está calmado y confía a Dios. Él no permitirá una injusticia”.
Suraimi, esposa de Héctor, señaló que la declaración de al menos uno de los testigos clave de la acusación fue manipulada. “Cuando vimos el expediente por primera vez, el policía Ernesto Martínez dijo que no se encontraba de servicio el día de los hechos, pero vio una actividad sospechosa”. Según ella, esa declaración desapareció. “Ahora consta otra en la cual Ernesto dice todo lo contrario, con detalles”.
La esposa de Ñaño aseveró que un agente de la Dirección Nacional Antidroga, de otro municipio, afirmó que su esposo estaba “controlado” por sospecha de tenencia de marihuana. “Me entrevisté con el Jefe de Sector de la Policía, y me confirmó que Ñaño no estaba en su lista de casos antisociales ¿Cómo es posible que él no conozca a un supuesto “controlado” por droga?”, cuestionó Suraimi.
La principal contradicción del juicio versa en la ocupación de la droga. Los policías actuantes aseguran que Riscart Mustelier la ocultaba en su larga cabellera y que, al quitarse el turbante, se descubrió la marihuana.
Héctor niega la versión policial y pide que se use el video de seguridad del lugar. Pero las cámaras de vigilancia no funcionaron esa noche, según las autoridades.
El órgano encargado de la investigación no realizó una prueba de olor a la droga ocupada, a fin de comprobar la veracidad de las declaraciones de los guardias. Eso ya no es posible hacerlo porque la prueba del delito se incineró.
El Fiscal consignó sus iniciales (ARR) en las conclusiones provisionales con fecha 30 de enero del 2012, pero no usó su nombre completo, de acuerdo con lo establecido. Tampoco firmó las conclusiones, en su lugar otra persona lo hizo.
De ser declarado culpable, Riscart Mustelier pudiera dormir más de 3,000 noches en prisión.
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