LA HABANA, Cuba, 10 de octubre, (Frank Correa, 173.203.82.38 ) -Para el viernes 7 de octubre en horas del mediodía, un grupo de opositores liderados por Francisco Chaviano González Portavoz de Agenda para la Transición Cubana, tenían prevista una marcha por la avenida 23, para reclamar la liberación de la activista de Derechos Humanos Sara Martha Fonseca y otros detenidos.
La marcha se organizó meticulosamente, bajo el principio de la compartimentación informativa. Cinco grupos de disidentes, que no conocerían hasta el último instante la naturaleza de la actividad, se dislocarían en diferentes puntos cercanos a 23, donde partirían a una hora fijada rumbo al malecón. En el parque El Quijote los integrantes de Concilio Cubano y Zapata Vive, bajo la dirección de Hugo Damián; en 19 y H, dos decenas de opositores liderados por Julián Martínez Báez, presidente del Parido Pro Derechos Humanos afiliado a la Fundación Sajarov; frente a la Embajada de Hungría, el presidente del Consejo por los Derechos Civiles, Jorge Omar Lorenzo Pimienta y su destacamento; en G y 23, el grupo de Bejucal con el Movimiento Social Cristiano; y en G y 25 Orlando Martínez Padrón, del Partido Solidaridad Democrática, junto a Raúl Borges, miembro del secretariado pro tempore de Agenda.
El objetivo fundamental de la marcha era conseguir la primera gran manifestación en Cuba, insertada en las protestas desde Santiago de Cuba a La Habana, en el contexto de las luchas recientes contra los regímenes totalitarios. Cuenta Chaviano que a pesar de la secretividad y la intensa compartimentación que se mantuvo, la policía política lo visitó el día antes para advertirle que lo sabían todo y que de ninguna manera iban a dejarlos marchar.
La detención en estaciones de policías de más de una decena de activistas que participarían en la marcha por 23, y otra cantidad similar de retenciones en los hogares, fue unas de las medidas utilizadas por la policía política para impedir el proyecto.