LA HABANA, Cuba, 28 de diciembre (Eugenio Leal, 173.203.82.38) -Desde el viernes 21 de octubre del actual, en la galería del Taller Experimental de Gráfica de La Habana (TEGH), sita en el Callejón del Chorro No. 62, Plaza de la Catedral, en La Habana Vieja, ha estado abierta la exposición colectiva de grabados “Pero se graba”.
El Taller Experimental de Gráfica de La Habana fue creado el 30 de julio de 1962, sus fundadores habilitaron un Taller litográfico a partir del reciclaje de piedras y maquinarias de impresión, desechadas por la antigua Compañía Litográfica de La Habana, dedicada a la decoración y divulgación de marquillas y vitolas de tabaco. Desde su apertura el Taller comenzó a desarrollar proyectos netamente artísticos, en la técnica de la Litografía. Luego se vincularon al Taller creadores graduados de las Escuelas de Arte, que han incorporado técnicas y procedimientos creativos novedosos, dentro del lenguaje del grabado.
A 50 años de su fundación, el Taller Experimental de Gráfica es un centro activo de creación. Donde un gremio de profesionales del grabado labora sin ánimos de lucro. Entre sus asociados encontramos artistas plásticos, diseñadores gráficos, fotógrafos y estudiantes de artes visuales. Que tienen como punto de convergencia el interés por la gráfica, sus procedimientos, desarrollo, experimentación y la contemporaneidad en la incorporación de nuevos medios y maneras para realizar sus obras.
Los antecedentes de los grabados, relacionados con Cuba, se remontan al siglo XVIII, con estampas de santos, escudos, viñetas y descripción general de piezas de historia natural. En el siglo XIX los grabados se enriquecen con estampas costumbristas, ingenios azucareros y álbumes para viajeros. Ya a finales de ese siglo se utiliza el fotograbado.
Durante la primera mitad del siglo XX se desarrolló el grabado, con predominio de la representación figurativa y temas épicos. También paisajes, interiores y exteriores y retratos, que idealizan al campesino y a la mujer.
Junto al diseño, la improvisación formal y conceptual, se desarrollaron recursos creativos que permitieron convertir esta técnica en arte. En el año 1959 se introduce la enseñanza del grabado en el sistema de educación artística, y llega a convertirse en una especialidad independiente.
“Pero se graba” nos muestra las creaciones de los artistas: Alejandro Sainz, Norberto Marrero, Janet Brossart, Osmeivi Ortega, Julio C. Peña, Aliosky García, Yilian Marie y Orlando Gutiérrez Yedra. Visitar el Taller y la exposición, que permanecerá abierta hasta el próximo 6 de enero, es recorrer la historia del grabado en Cuba. Aún hay tiempo para hacerlo.