MIAMI, Florida, 21 de junio (Agencias, 173.203.82.38) – La nueva ley de Aduanas de Cuba, que entrará en vigor el 2 de agosto, afectará de una forma u otra a la mayoría de los cubanos, haciendo su vida cotidiana un poco más difícil y bastante más cara, indica un artículo de BBC Mundo.
La nueva Ley de Aduanas eleva los impuestos que se deben pagar por entrar mercancías y a la vez limita la cantidad, medidas a las que no están acostumbrados los cubanos. Pero las autoridades cubanas esperan así reducir drásticamente los envíos a través de las “mulas” y también de la paquetería camuflada como ayuda familiar. En otras palabras, el contrabando, indica la BBC.
En momentos en que el comercio oficial cubano está prácticamente estancado, mucha gente en la isla opta por vías alternativas para importar mejores productos y a precios más bajos, desde lavadoras hasta desodorante, incluyendo la venta por catálogo desde Miami.
En la isla hay pocas opciones para vestirse, pero desde que se autorizó el trabajo por cuenta propia han florecido los “timbiriches” donde se puede comprar ropa más barata que la que venden en las tienda del Estado a precios exorbitantes.
Aunque la licencia que se les otorga a esos cuentapropistas es para vender productos confeccionados por ellos mismos, la mayor parte de las la ropa y los zapatos que se ofrecen en las calles vienen en maletas o en pacas desde Ecuador y Cancún acompañando a “mulas” muy bien “conectadas” con los aduaneros del aeropuerto, según el artículo.
“Abel” es un ingeniero que vive en Miami y viaja dos veces al mes a pasarse el fin de semana en Cuba. Él es una “mula”, le pagan el pasaje a cambio de que traiga 90 kilogramos de mercancías. “No gano ni un centavo, pero viajo gratis cada vez que quiero”, dijo a BBC Mundo.
Muchos trabajadores privados han montado sus negocios comprando los equipos fuera del país, incluso los adornos.
La página web revolico.com ofrece a los cubanos electrodomésticos, casas, automóviles, muebles, computadoras, joyas y hasta animales. Según BBC Mundo, el sitio tiene tal capacidad de venta que muchos compran hasta el desodorante. “Luis”, por ejemplo, adquirió allí su cafetera, que eligió en el catálogo digital de una tienda de Miami y un mes después se la trajeron a la puerta de su casa.
Entretanto, en las tiendas estatales los productos se ponen viejos por falta de compradores. La causa principal son sus precios inflados, con un impuesto del 240 por ciento, a lo que algunos gerentes le agregan una “multa” que va directo a sus bolsillos.
Con las nuevas medidas, el gobierno quiere proteger el comercio nacional y combatir el contrabando. Para muchos, lo más grave es que el fin del contrabando dejará sin ingresos a decenas de miles de familias, asegura el artículo de BBC Mundo.