LA HABANA, Cuba, 1 de marzo de 2013, Mario Echavarría Driggs/ Hablemos Press/ 173.203.82.38.- Las autoridades municipales del Poder Popular, en reunión efectuada con los Comités de Defensa de la Revolución y la Policía del municipio capitalino de la Habana Vieja reconocieron que, en lo que va de año, aumentaron los casos de ciudadanos que penetran por la fuerza en viviendas selladas por el Instituto de la Reforma Urbana.
Generalmente, estas personas se encuentran desesperadas por estar viviendo hacinadas en albergues sin tener las condiciones higiénicas sanitarias elementales. Perdieron sus casas en derrumbes y desastres naturales, o vienen del interior del país buscando mejorar sus vidas.
El gobierno no les facilita un hogar ni les vende materiales para la construcción de viviendas, por lo que aprovechan una casa sellada para meterse con sus familias, arriesgándose a ser arrestados y condenados a penas de prisión.
Los desamparados sin techo han penetrado también en viviendas de funcionarios que cumplen misiones del gobierno en el exterior, y a su regreso se encuentran que su casa ha sido violentada y los ocupantes no quieren marcharse.
Las viviendas en mejor estado que quedan desocupadas el gobierno las utiliza para oficinas o las entrega -de forma gratuita- a dirigentes del Partido Comunista, militares de alto rango, o, en ocasiones, las venden a extranjeros que tienen negocios en Cuba. Nada para los damnificados.
Este fenómeno tan común en Europa -allá por razones filosóficas- gana fuerza en un país donde las familias conviven como tradición, incluyendo a sus mayores, por la falta de vivienda. El sueño de la emancipación de los jóvenes en Cuba hace muchas décadas que no pasa de ser solo eso, un sueño.