LA HABANA, Cuba, 4 de septiembre de 2013, David Canela/ www.cubanet.org.- Del 23 al 30 de agosto se realizó en La Habana una serie de talleres y clases prácticas sobre las enseñanzas de la filosofía Kundalini Yoga. Un grupo de siete profesoras (seis mexicanas y una cubana), junto al maestro Arjan Singh, llegaron como voluntarios a la capital cubana, a fin de compartir las enseñanzas que el Maestro Yogi Bhajan trajo a Occidente en los años 60. Los cursos se ofrecieron, de forma libre y gratuita, en cuatro sedes: una en la Habana Vieja (que fue la principal), y las otras en Boyeros, Marianao y Plaza de la Revolución.
Durante varios días, con sesiones matutinas y vespertinas, las profesoras dieron talleres de “Relaciones auténticas”, “Numerología tántrica”, además de las clases ordinarias de Kundalini Yoga, que incluyen asanas, mantras, pranayamas y meditación. Algunas de estas jóvenes instructoras, cuyas edades van de 23 a 43 años, han estudiado arqueología, etnología, informática, antropología social, entre otras disciplinas.
Entre el 28 y el 30 de agosto, el maestro sikh de yoga, Arjan Singh Khalsa, brindó un curso especial, llamado “Excelencia humana: cuatro leyes sagradas”, acerca de los principios, métodos y aspectos de la vida que es necesario cultivar para lograr una adecuada armonía y prosperidad en las relaciones sociales, amén del bienestar espiritual.
Arjan Singh, un maestro sikh, nacido en 1952, habló también de las dietas naturistas, basadas en los conceptos de la medicina ayurvédica. Y para mostrar esa arte culinaria, el último día se deleitó a los participantes con un menú semejante al que se cocina en un langar, que es una tradición sikh, en la cual se prepara una cena con alimentos naturistas (sáttvicos), elaborados mientras se cantan y recitan mantras. Al final, la comida se reparte de forma gratuita en un lugar público, y todos comparten, sin ninguna distinción social. Compartir esos alimentos, más que una vía para socializar o confraternizar, se considera una seva, o servicio desinteresado, como si fuera un servicio que se le ofrece a Dios, que según la religión hindú, está en todas las personas.
Este programa de cursos fue apoyado por la Asociación Internacional de Maestros de Kundalini Yoga (IKYTA) de México, aunque los profesores debieron cubrirse todos sus gastos. Gabriela, una etnóloga de 29 años, explicó sus motivos para hacer esta aventura, a la que calificó como una “incursión exploratoria”. “Queremos compartir las enseñanzas de Yogi Bhajan. Nos trae el entusiasmo de conocer otra cultura, otro país, Cuba”. Sobre los objetivos del viaje, afirmó que el principal era “dar a conocer el Kundalini Yoga, compartirlo”. “Nuestro interés es compartir”, sentenció. Y añadió que “el contacto humano ha sido invaluable”.
El maestro Arjan –que fue una de las inspiraciones para realizar este viaje, al haber comentado en una ocasión, que si era invitado a Cuba, no cobraría honorarios– alegó que aquí “la gente es muy respetuosa”, y no identifica a los sikhs (debido al uso del turbante) con extremistas islámicos. Por el contrario, algunas personas se le acercaron en la calle, curiosas por conocer quién era, porque en Cuba no habían visto a hombres como él. Según la profesora cubana Atmajeet Kaur, quien fue la organizadora principal de este evento, su finalidad mayor ha sido “compartir lo que yo aprendí con mi tierra, con mi Patria, y ayudar al desarrollo social de mi país desde una perspectiva espiritual.”.
Más que un viaje misionero, que en el sentido cristiano implica la intención de adoctrinar a otras culturas, éste ha sido más bien un peregrinaje, que lleva a un escalón superior de conciencia, el espíritu de seva que alienta a muchas de las actividades que organiza la IKYTA de México. Entre esas actividades de servicio social, coordinadas por la Asociación Internacional de Maestros de Kundalini Yoga en la nación azteca, puede mencionarse el proyecto de “yoga para la rehabilitación”, que se imparte en las cárceles, los langares, y las clases gratuitas de yoga para la comunidad, una vez a la semana.