GUANTÁNAMO, Cuba, 7 de octubre de 2013, Roberto Quiñones Haces/ www.cubanet.org.- Las había visto circular y recordé que en una emisión del noticiero nacional de televisión habían hablado sobre ellas. Se nombran “Diana” y desde septiembre pasado, ocho de ellas han sido enviadas a Guantánamo para reforzar el servicio de transporte público.
Las nuevas guaguas guardan mucho parecido con aquellas “Girón” de tamaño mediano, que también eran ensambladas en la fábrica Evelio Prieto, de La Habana, y se dedicaban fundamentalmente al transporte de estudiantes e intermunicipal. Según informó el periodista Raciel Sayú Font, en la emisión semanal de “Venceremos”, órgano del comité provincial del partido único, los vehículos tienen capacidad para 42 pasajeros, 28 sentados y 12 de pie, aunque el lector comprobará que esa suma ofrece como resultado 40, no 42 como refirió el periodista.
La carrocería de los vehículos es brasileña, el motor, diesel, es chino, y el resto de los componentes procede de Rusia. El periodista señala que Rodolfo Labadies Limedux, especialista de tráfico de la dirección de transporte, aseguró que los vehículos pasaron las revisiones técnicas y cumplieron los estándares de calidad y seguridad, pero ya hay algunos fuera de circulación por roturas, según consigna la nota.
La información no pudo ser publicada antes porque algunos funcionarios de transporte en la provincia y el municipio se negaron a brindar detalles al periódico. El periodista se cuida de mencionar nombres, pero más allá de la identificación de las responsabilidades, es obvio que el suceso demuestra que pueden realizarse cientos de congresos de la UPEC, instando al cese del secretismo, pero los que tienen la última palabra no son precisamente los periodistas.
Al menos, mientras se mantengan circulando los ómnibus que quedan en buen estado, los guantanameros contarán con dos rutas que se reactivan después de permanecer quince años inactivas. El itinerario atraviesa la ciudad de sur a norte y viceversa, pero ahora deben pagar un peso por cada viaje, en vez de los veinte centavos habituales.
Estos ómnibus representan una vía alternativa al transporte de coches tirados por caballos, un servicio particular que ha ayudado mucho en estos años a la población pero afea la ciudad y la contamina. Para eliminar totalmente a los caballos, a los cocheros y a toda la secuela de atraso, mal gusto y peligros que ese servicio lleva aparejado, en Guantánamo se necesitan muchísimas Dianas y, sobre todo, que no se rompan antes de tiempo.