LA HABANA, Cuban, 15 de julio (Dania Virgen García, 173.203.82.38) -Desde el Combinado del Este, el recluso Yasser Rivero Boni habla sobre las “condiciones infrahumanas” en que viven los reclusos de esa prisión habanera de mayor rigor.
Explica Rivero Boni que en el edificio tres, de cuatro pisos, hay cuatro destacamentos en el ala norte, uno en el centro que es el llamado depósito, y cuatro en la sur y en ellos hay entre 1200 y 1400 reclusos, en total.
Los nueve destacamentos del edificio 3 presentan graves problemas en sus instalaciones eléctricas. La casi totalidad del los cables eléctricos está deteriorada. La sobrecarga, hace que frecuentemente chispetazos, corto circuitos y explosiones. Los reclusos, para intentar solucionar el problema, empatan los cables y los cubren con bolsas de nylon.
En los techos hay goteras y en los pisos hay filtraciones de agua albañales. Cuando se unen las aguas albañales y la lluvia, se inundan los pisos, se mojan las camas y pertenencias de los reos. A veces, las bombillas mojadas explotan. En los destacamentos del tercer piso hacia abajo, los reclusos han fabricado canales con pomos plásticos y nylon para desviar el agua sucia y los excrementos y evitar que caigan encima de las literas y pertenencias.
El agua potable es escasa y la reciben por un solo grifo, durante 25 minutos cada dos días. La ración de agua es de un balde por recluso para el aseo, y dos pomos para beber. A cada compañía le corresponden dos cubos de agua para descargar los baños turcos. Lavar la ropa es un privilegio.
Afirma Rivero Boni que en toda la prisión existe la misma situación, incluyendo el Hospital Nacional de Reclusos y el área especial llamada la 47.
“A pesar de estos problemas y de las numerosas quejas, la dirección del penal y los funcionarios de orden interior han expresado en varias ocasiones que a esta prisión le faltan muchos años de explotación, que los problemas de la prisión son de los reclusos y que se encuentran bastante bien”, concluyó Rivero Boni.