ARTEMISA, Cuba, 23 de agosto (Moisés Leonardo Rodríguez, 173.203.82.38) – Las carreteras y calles de los pueblos del norte de la provincia Artemisa son calificadas por choferes y viajeros como desastrosas y la situación empeora por día debido a las continuas lluvias y la falta de mantenimiento y reparaciones.
Una de las vías en peor estado es la que une el poblado de Cabañas con Artemisa, la capital provincial. Hace unos treinta años se construyo un desvío bordeando una presa bajo cuyas aguas quedó parte de la vieja carretera.
Cuando se viaja desde Cabañas, en los primeros ocho kilómetros de esa vía se encuentran los asentamientos rurales de La Conchita, El Martillo y San Juan que poseen gran densidad poblacional. Sus residentes deben trasladarse “de botella” (autostop) en lo que aparezca, pues solo camiones particulares pasan dos veces al día con excepción de los domingos.
Son tantos, tan frecuentes y profundos los baches en ese tramo que los camiones deben emplear 40 minutos en cubrir esos ocho kilómetros y solo 30 en recorrer los restantes 24 kilómetros hasta Artemisa.
Otra vía en muy mal estado es la que, corriendo paralela a la costa norte, une a los poblados artemiseños de Quiebra Hacha, Cabañas y Bahía Honda. Allí también el viaje demora 40 minutos para un trayecto de solo 28 kilómetros.
Las carreteras no son las únicas en mal estado. Las calles de los pueblos del norte de la provincia, incluso las centrales, están llenas de baches, con las aceras rotas… o sin ellas.
Cada año, días antes del 20 de noviembre, cuando se celebra el acto político para honrar a los mártires de Cabañas, rellenan los baches de la carretera desde Mariel hasta Cabañas para que los funcionarios gubernamentales no noten el desastre. Sin embargo, a los pocos días la situación empeora pues los materiales empleados no son adecuados para reparaciones duraderas.