LA HABANA, Cuba, 22 de diciembre (Moisés Leonardo Rodríguez, 173.203.82.38) -Sólo después que una vecina resultara gravemente lesionada, en el mes de octubre, al desplomarse la escalera por donde bajaba, en el edificio de apartamentos de Ayestarán 60, en el municipio habanero Plaza, fue desalojado el inmueble, ya insalvable, y se inició su demolición.
La mujer, de 47 años, fue sometida a tres operaciones en las partes fracturadas: cadera, clavícula y pelvis, y aun no camina. “Debe poner mucho de su parte para recuperar la locomoción” explicó al esposo el médico que la atiende.
Aparentemente, como “compensación” por el daño sufrido, el gobierno –dueño del inmueble y responsable por haberlo mantenido habitado a pesar de ofrecer inminente peligro de derrumbe- le asignó una vivienda a ella y su familia, pero el resto de los residentes del edificio permanecen albergados en locales improvisados.
Aseguran vecinos de la zona que dicho edificio estuvo apuntalado con maderas desde la década de los 80 para evitar su derrumbe, y más tarde trataron de reforzar su estructura con vigas de metal.
Uno de los vecinos, que pidió no ser identificado, declaró “al mirar hacia adentro, parecía un bosque y no el interior de una edificación”, debido a la cantidad de madera con que sostenían la debilitada estructura de tres plantas donde residían numerosas familias, construida a principios del pasado siglo.
Debido a la aguda crisis habitacional que enfrenta el país, donde prácticamente no se han construido viviendas desde 1959 a pesar de que la población se ha duplicado, hay gran cantidad de familias que han perdido sus hogares producto de derrumbes u otras razones, que permanecen desde hace décadas viviendo en albergues colectivos.