LA HABANA, Cuba:- A las 10:00 de la mañana del pasado sábado 14 de marzo, se corrió en La Habana el Maratón de la Esperanza Terry Fox, en su XVII edición, con salida y meta frente a la Sala Polivalente Kid Chocolate. El evento fue auspiciado por la Embajada de Canadá en Cuba, la dirección del proyecto Marabana-Maracuba, y contó con el patrocinio de la Fundación Terry Fox.
En Cuba, según la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) en el período 2010/2013, se reportó un promedio anual de 22 mil personas fallecidas por esa causa. Sin embargo, desde el 2014 se desconocen las cifras totales de enfermos, sus tratamientos, alimentación y los recursos que se destinan para encontrar su cura.
Rolando, limitado físico, opinó para CubaNet: “Es increíble que las organizaciones sociales no ejecutan acciones para que el pueblo participe masivamente en el Maratón Terry Fox. Mientras que gastan cientos de millones de pesos para movilizar al puebloa marchas políticas con su propaganda. Mira cuanta gente hay, cada día vienen menos, pero la prensa después dice que participaron miles”.
Nelly García, también limitada, dice: “Hay cada cosa, lo que se gastaron en los cinco nadie lo sabe, yo no tengo ni zapatos para correr. Debieran realizar acciones para captar ayudas, donaciones, que aporten financiamientos para mejorar la vida de los enfermos y de los que tenemos dificultades motoras. No dejan que la propia sociedad civil se organice para combatir ese mal. Todo tiene que ser el Estado, por eso estamos como estamos”.
Eduardo, galeno en ejercicio, que pidió mantener su identidad bajo anonimato, le manifestó a CubaNet: “Yo pensaba que participaríamos unos cientos de miles de personas. Si llegamos 900 es mucho. Si esto es aquí, como será en el resto del país”.
Alberto Valdés, que le faltan los dos brazos, después de recoger el certificado de participante, declaró a CubaNet: “Participo cada año en esta carrera, es estimulante saber lo que hizo Terry Fox, pero yo no puedo aportar nada, más bien necesito de recursos para garantizar mi movilidad. Tener unos brazos es mi sueño. Podría ser más útil”.
Yves Gagnon, embajador de Canadá, en conferencia de prensa, había declarado anteriormente: “Para los cubanos la Carrera Terry Fox tiene un elevado grado de espiritualidad, a tono con su idiosincracia. Tanto es así que fuera de Canadá constituye éste el segundo país con mayor participación y el único donde, en toda su geografía, se desarrolla de manera simultánea”.
El joven Terrace Stanley “Terry” Fox, nació en 1958, en Winnipeg, Canadá. Con tan solo 18 años de edad, le fue amputada su pierna derecha a causa de un cáncer.
Terry no se detuvo, con una prótesis se convirtió en un atleta y activista por la investigación del cáncer. Corrió unos 42 kilómetros diarios, en 143 jornadas. En 1981 falleció, pero dejó un legado a nivel mundial. Hoy día, en su país la Fundación Terry Fox, continúa la misión del joven corredor.
Desde 1998 Cuba celebra el maratón humanitario. Este año, sólo una docena de miembros de la Asociación Cubana de Limitados Físico-Motores, pudo festejar la ocasión. La carencia de medios y recursos de la mayoría de sus asociados les impidió realizar la carrera Terry Fox.
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