Foto-reportaje de Moisés Leonardo
ARTEMISA, Cuba.- Gran molestia reina entre vecinos del poblado de Cabañas, municipio Mariel, provincia Artemisa, por la declaración de una periodista acerca de que se suministra agua en abundancia y de excelente calidad a ese poblado. La expresión tuvo lugar en la emisión del mediodía del pasado jueves, del Noticiero Nacional de Televisión. .
En un reportaje sobre la presa “San Francisco”, ubicada a unos ocho kilómetros al sur de Cabañas, la periodista aseguró que suministra agua de forma abundante y con óptima calidad a una granja de acuicultura, al poblado de Cabañas, así como a viviendas y asentamientos rurales ubicados a lo largo de la conductora maestra.
Ileana de los Ángeles Iglesias (63), residente en el pueblo, tomó el 11 de agosto una muestra del agua y la comparó con otra filtrada. La simple observación permite apreciar la suciedad de la primera.
Vecinos que se a cercaron a este reportero y que no autorizaron a ser identificados, insistieron en que desmintiera a la periodista. Una de ellas recordó que “en ocasiones han salido guajacones y larvas de mosquitos por la pila (grifo); en otras ha tenido mal olor. De milagro no hay más enfermedades”, exclamó.
Décadas atrás, el agua se obtenía de pozos ubicados a unos dos kilómetros al oeste del poblado. Se corrió el rumor de que estaban contaminados y por ello se cambió la toma de agua hacia la presa.
Meses más tarde, los pozos “abandonados” por supuesta contaminación se repararon y limpiaron y desde entonces sirven sin interrupciones a la comunidad militar “Silvio Caro”, con potentes equipos de bombeo y la debida atención.
Las interrupciones del servicio a Cabañas se pueden documentar desde comienzos de la década de los 90. Algunos vecinos han perforado pozos y unos pocos, de mayores ingresos, han construido cisternas para acumular el preciado líquido para los tiempos de continuas roturas del viejo acueducto.
Durante dichas interrupciones, algunos pagan los carros cisterna a razón de 150 pesos moneda nacional cada uno, lo que los pone fuera del alcance de la mayoría de los pobladores. Cabañas se caracteriza por bajos ingresos per cápita y gran número de desempleados y de familias pobres.
Estos últimos son vistos cargando el preciado líquido con cubos o tanquetas, a mano, o llevándolos en carretones hacia sus casas, desde pozos de vecinos durante las “roturas” que a veces duran más de un mes.
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