LA HABANA, Cuba, 22 de julio de 2013, José Antonio Fornaris/ www.cubanet.org.- El domingo 14 cerró la última sesión del Noveno Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), y al parecer, la única novedad fue la selección de Antonio Moltó Martoleli, como presidente de esa organización.
Para algunos periodistas (tres), con los que hablé al día siguiente de bajado el telón, en el Palacio de las Convenciones , la elección de Moltó ha sido, mayoritariamente, tomada con agrado por los comunicadores alineados baja la bandera del oficialismo, porque no es valorado como un “integrista”.
En años pretéritos conversé en una que otra ocasión con Moltó; en esos tiempos él era el delegado de esa organización en La Habana.
Recuerdo que una de las cosas que hablamos fue sobre el bajo salario de los periodistas; me dijo que eso se iba a resolver pronto. Pero más de 30 años después, observé que en este recién finalizado congreso se estaba planteando lo mismo.
Un poco antes de la época a la que hago referencia, Moltó, a quien considero un excelente profesional, estuvo laborando en el periódico Tribuna de La Habana, en calidad de “castigado”.
De acuerdo con una colega que en esos tiempos laboraba en ese medio, el “castigo” se debió a que el periodista había visitado, en Caracas, ciudad donde estaba en funciones oficiales, a su suegro exiliado.
No hay nada censurable ahí. Eso lo único que demuestra es que este hombre es un ser humano. Pero esa era la época de la “pureza ideológica”, y por lo tanto quienes pecaban, azotes recibían.
De todas formas, en Cuba, nadie sale en misión oficial a ninguna parte, y mucho menos asciende a representante de una entidad gubernativa de alcance nacional, sino tiene la congratulación, en primer orden, del Ministerio del Interior.
A su vez, la UPEC no es el vehículo para lograr que los periodistas puedan dejar el mundo abstracto (parece que todos son medio filósofos), y escribir sobre la realidad.
Eso es así porque existe un contra-vehículo que es el grupo en el poder; o sea, los verdaderos dueños de los medios..
Mientras sea de esa manera, aunque la cifra de periodistas miembros de la UPEC sobrepase la existente, ya bastante alta, de cuatro mil doscientos, Cuba continuará sin la bendición de prensa nacional, y los periodistas independientes, ¡gracias a Dios que existimos!, tendremos que continuar jugando el rol de abanderados de los intereses nacionales en materia de libertad de expresión y de divulgación.