PUERTO PADRE, Cuba.- Lesionados o muertos por el tráfico vehicular, pudiera resultar más de un transeúnte si las autoridades de Transporte y de Tránsito, en lugar de tomar medidas con los infractores del Código Vial, persisten con la transformación de la Terminal de Ómnibus Municipal de aquí en una suerte de pista para carrera de obstáculos.
Por decisión administrativa, personal de Ingeniería de Tránsito levantó barreras de hormigón sobre el pavimento, cerrando seis de los once aparcamientos, prohibiendo el estacionamiento del transporte público en esos espacios y entorpeciendo el paso de los minusválidos por la terminal.
Según las autoridades, cerraron los estacionamientos debido a las indisciplinas de transportistas por cuenta propia que, sin encontrarse en operaciones, aparcan “donde mejor les conviene”.
Parten, o llegan a esta terminal, ómnibus hacia y desde La Habana, Santiago de Cuba y Las Tunas. Y aproximadamente una decena de camiones también viajan a la capital provincial. Otro tanto están ocupados del transporte intermunicipal.
Pero más que la reducción del espacio para el tránsito y el aparcamiento vehicular en la Terminal de Ómnibus de Puerto Padre, municipio de la provincia Las Tunas, preocupa el peligro para la vida de los pasajeros como consecuencia de las decisiones administrativas tomadas.
En lo adelante, y ya lo hacen, los pasajeros que llegan desde Las Tunas, ruta fundamental de estudiantes, trabajadores y pueblo en general, deben descender del transporte público no dentro del área protectora de la terminal, sino en la acera de una muy transitada y peligrosa avenida.
-Raro no será que uno de estos días no nos maten un pasajero al bajarse de un camión-, dijo un chofer, a lo que otro respondió:
-Tiraron el sofá y ojalá no les devuelvan un ataúd.